domingo, 26 de noviembre de 2017

Y A ESTOS NO LOS METEN EN LA CARCEL...

Una filtración implica a Susana Díaz y a González en unos pagos millonarios.

Las fuentes consultadas achacan la información a una filtración del entorno de Pedro Sánchez pero lo que se cuenta es preocupante: enchufes y cobros millonarios a costa de una firma pública.

Lo cuenta el Digital Sevilla y lo recogemos en ESdiario, Felipe González y otros cargos del PSOE -todos ellos próximos a la dirección de Susana Díaz- estarían cobrando sueldos millonarios en lo que puede ser un nuevo escándalo en Andalucía relacionado con los enchufes, el nepotismo y la posible corrupción. 
Según recoge la mencionada información, IDEA, la Agencia de Innovación y Desarrollo de Andalucía, está pagando las nóminas de más de veinte familiares de ex cargos públicos y responsables del PSOE. 
Es un escándalo más de la plaga de instituciones opacas donde trabajan cientos de "enchufados" del PSOE de Susana Díaz. 
Entre los 340 empleados de los servicios centrales de IDEA se encuentran hijos, hermanos, sobrinos, nueras, cónyuges y primos carnales con suculentos contratos de alta dirección y personal laboral.
Según la noticia, los sueldos alcanzan hasta los 43.700 euros al año incluyendo los complementos y pluses de antigüedad. 
El medio hace especial hincapié en que "IDEA es una de las principales callejones sin salida del laberinto de administraciones andaluzas paralelas plagadas de enchufados, familiares de dirigentes y militantes agradecidos del partido de Susana Díaz".
La agencia es además una pieza fundamental en las trama de los ERE en la que se investiga un escandaloso fraude multimillonario en los juzgados. 
IDEA esquivaba los controles de la Intervención, concedía avales fallidos a compañías y financiaba proyectos sin ningún futuro a través de Invercaria, otro desastre de gestión pública y que tiene imputados a varios cargos del PSOE, entre ellos el sobrino de Felipe González, Juan María González Mejías por ser un “trabajador fantasma”. 
El fondo Jeremie de IDEA también está siendo investigado por los tribunales, así como el caso Bahía Competitiva donde se otorgaron ayudas multimillonarias a la reindustrialización de proyectos que nunca existieron.
Los "enchufes"
Según Digital Sevilla, la lista de presuntos enchufados es larga.
Así, la prima del expresidente de Gobierno, María Antonia Rodríguez Márquez, es coordinadora de Área en la agencia. Ocupó puestos de dirección tales como subdirectora de Recursos Humanos y Servicios Generales, jefa del departamento de IFA, directora de gabinete y técnica de Egmasa y técnica de Recursos Humanos en la Sociedad Estatal Expo’92.
Por su parte, Federico Pérez Peralta, ex edil de Cádiz, es delegado de personal en la Gerencia de IDEA de Cádiz desde 2015. 
También ha ocupado los cargos de vicepresidente de la Diputación de Cádiz, director general de Juventud y secretario general del PSOE en esta provincia.Cristina Amate Bueno, pareja de Javier Torres Vela, exconsejero de Cultura y expresidente del Parlamento de Andalucía entre 1996 y 2004, es jefa de departamento de IDEA y coordinadora del Centro de Información Tecnológica y de la Propiedad Industrial de Andalucía desde 2002. 
Fue a su vez subdirectora del Instituto Andaluz de la Mujer.
Pero hay más. 
La hija de José Salgueiro, exviceconsejero de Economía y Hacienda con Magdalena Álvarez, ambos procesados por el caso ERE, Sonia Salgueiro Zamora es vicepresidenta de la Fundación para el Progreso de Andalucía (actual fundación Adelante) desde 2007. 
La fundación contrató cursos de formación que están siendo investigados por la Policía.
Elvira Saint-Gerons Herrera está colocada en la Unidad de Captación de Inversiones de IDEA. 
Trabajó en IDEA de 2000 a 2004 en la Delegación de la Junta en Bruselas y luego, durante cinco años, fue delegada de esta oficina. 
Es Sobrina del actual secretario general del Comité Económico y Social Europeo y exconsejero Luis Planas. 
Guillermo Gutiérrez Crespo, trabaja en el departamento de Edificio Corporativo de IDEA. Fue diputado autonómico y teniente de alcalde por el PSOE en el Ayuntamiento de Sevilla.
A estos nombres, destaca la información, "hay que añadir una larga lista de cargos del PSOE que están colocados con buenos cargos y sueldos dirigiendo la infinidad distintas empresas públicas, fundaciones e institutos que hacen de la administración paralela andaluza, un pozo de aguas oscuras al control de la Intervención, donde cobran sueldos millonarios miles de militantes del PSOE". 
¿La venganza del pedrismo?
Según fuentes socialistas consultadas por ESdiario, la detallada filtración podría proceder del propio PSOE y del entorno cercano al propio Pedro Sánchez que de esta manera trataría de dañar la imagen de su rival, Susana Díaz, y debilitaría su imagen para complicar lo que algunos entienden como el próximo asalto de la andaluza a la dirección del partido. 
Desde la Junta de Andalucía ni tampoco la propia presidenta han manifestado opinión alguna sobre la información difundida.

esdiario.com

miércoles, 15 de noviembre de 2017

Donde estabas - David Calderón

Si de repente, o ya de lejos, odias a los catalanes por tener un pensamiento y una cultura diferente a la tuya, y nace en ti odio y rabia hacía los independentistas que democráticamente y pacíficamente pidieron elegir su futuro...

Si de repente sientes en ti eso que algunos llaman “ser patriota”, y sientes que tienes que defender tu patria de este ataque “golpista” sacando tu bandera y haciéndola ondear para que todos la vean...

Si sientes que hoy más que nunca estáis unidos los españoles en contra de un “enemigo común”, y que ya no existen derechas ni izquierdas, que ahora de lo que se habla es de “la unidad de España”...

Si te sientes orgulloso de todo eso… recuerda que ya has sido completamente adoctrinado y que ya formas parte de una masa desinformada en la que además te han hecho creer que los adoctrinados son los otros.

Recuerda tu condición de borrego.

Porqué...
— ¿Dónde estaba tu patriotismo cuando vaciaban las arcas del estado?
— ¿Dónde estaba tu patriotismo cuando quemaban Galicia año tras año para que unos              pocos consiguieran beneficios económicos ?
— ¿Dónde estaba tu patriotismo cuando, caso tras caso, se daba carpetazo por parte de            los jueces a políticos del PP y del PSOE por corrupción ?
— ¿Dónde estaba tu patriotismo cuando recortaron la sanidad ?
— ¿Dónde estaba tu patriotismo cuando congelaron los sueldos de los funcionarios de “tu          amada patria” ?
— ¿Dónde estaba tu patriotismo cuando tu querido gobierno se cepilló en sólo 4 años todo        el Fondo de Reserva de Pensiones ?
— ¿Dónde estaba tu patriotismo cuando se aplicaron medidas de austeridad, mientras              ellos robaban a manos llenas ?
— ¿Dónde estaba tu patriotismo cuando el gobierno usaba 48.000 millones de euros de           dinero público para rescatar a bancos, anunciando que ningún español los volvería a           recuperar ?
— ¿Dónde estaba tu patriotismo cuando se repartían los puestos de las grandes empresas 
     de España (Puertas giratorias) ?
— ¿Donde estaba tu patriotismo cuando los corruptos de tu gobierno no iban a la prisión, 
     rebajaban su pena a pocos años y les daban fianzas de risa ?
— ¿Dónde estaba tu patriotismo todas las veces que han ido recortando la educación, 
     dejándonos por debajo de la media europea en nivel académico ?
— ¿Dónde estaba tu patriotismo cuando los doctorados de “tu amada patria” tenían que 
     irse a otros países para ganarse la vida ?
— ¿Dónde estaba tu patriotismo cuando se aprobó la “Ley Mordaza” que entre cosas 
     persigue la Libertad de expresión ?

Yo voy a decirte dónde estabas tú:
En ninguna parte.

Bueno, sí, estabas en la calle, ondeando la bandera, gritando consignas (y no de amor ni cariño) hacía una parte de “tu amada patria”.

Estabas sacando tu bandera para reprimir una voluntad, un deseo.

Y es muy lícito que quieras una España unida. Pero tú sólo sacabas la bandera para reprimir, para amenazar y para amedrentar a esos que (según te han dicho) “quieren romper España”.

Porque no te importan la democracia, los derechos sociales, ni las libertades civiles. No dices nunca nada, no te manifiestas, todo te da igual.
Es más, puede que incluso hayas dicho alguna vez eso de “huy, es que yo, de política, paso”...

Resumiendo: te importa una mierda España.

Lo demuestras con tu pasotismo ante las cosas que sí que la rompen de verdad y te posicionas a favor de ellos, y los votas una y otra y otra vez... o no votas que al final es casi lo mismo.

No te involucras por ayudar a tu país.

Es más, pasas olímpicamente de todo.

Eso si, cuando el gobierno y los medios de comunicación que están a sus órdenes (televisión, prensa escrita, emisoras de radio,…) te lo digan, sal a la calle, y ondea la bandera de España, una bandera que cada día que pasa es más un símbolo de represión y fanatismo, de ignorancia política y de inhumanidad.

¡¡¡Tú no eres un patriota, tú eres una grieta más de esa España rota que por desgracia tiene sus días contados!!

NADA EXISTE… SOLO CATALUÑA

La principal preocupación de la ciudadanía de Españistan, es Cataluña, incluso por delante de la corrupción, que ya es decir.

La deuda externa de este país de manipuladores corruptos, ha llegado a un máximo histórico de 1,911 billones de euros entre pasivos públicos y privados, como publicó el Banco de España.

La tasa de paro es increíble; la precariedad no para de crecer, alcanzado a uno de cada tres asalariados, y los salarios se devalúan a un nivel que preocupa incluso al mismo Gobierno.

Existe una voluntad política de que el conflicto de Cataluña se eternice, les interesa la confrontación sin importarles las consecuencias de enfrentar a los pueblos y solo están utilizando Cataluña como cortina de humo que tape todas las miserias que no interesa airear desde el partido del poder.

Mientras tenemos un país con una economía hipotecada en manos extranjeras haciéndonos cada vez más vulnerables a las especulaciones, un país donde la precariedad no cesa de crecer, con una negociación colectiva inexistente, creando cada vez más trabajadores pobres, con cada vez menos estado de Bienestar. Un país donde se han recortado todos los servicios sociales y seguirán haciéndolo hasta lo escandalosamente insospechado, ya que el compromiso del partido en el poder con la UE deja claro que se seguirá con los recortes, creciendo la desigualdad y la pobreza. No olvidemos el saqueo de las pensiones, en 5 años Rajoy y su comparsa se ha fundido las reservas de la Seguridad Social, utilizando a sus voceros para vender entre los pensionistas que el sistema público actual es inviable y que solo toca reducir las pensiones a la mitad o subir las cotizaciones empresariales al doble.

Estamos sometidos por un gobierno CORRUPTO con mayúsculas, en el que está implicado hasta el Presidente y cada día va saliendo a la luz más mierda, mierda que tapa la desinformación de los medios con su silencio y sus mentiras, y para muestra un botón, los grandes medios callaron que Mariano Rajoy se benefició de la caja b del PP, según informó el responsable de la UDEF.

La manipulación del gobierno llega de forma espectacular a la mayoría de la ciudadanía de este país históricamente de pandereta y castañuelas, llegando a convencer que el gran problema del país es Cataluña y sus separatistas, mientras, como si se tratara de un gran mago, hace desaparecer en una cortina de humo todos los hechos graves como la aprobación por el Senado del CETA, la aplicación del articulo 155, la pérdida de 40.000 millones de nuestro dinero por el rescate a la banca, el recorte de 20.000 millones de euros en el sistema nacional de ciencia; el asalto a las instituciones del Estado que practica el PP y la dependencia del poder judicial: las cloacas de Interior o el auge de la ultraderecha.

Toda la caquita que genera este Gobierno corrupto, queda desapercibida y no se menciona ya que todo el tiempo se dedica a la gran traición del Govern de Catalunya y al movimiento separatista de los independientes.

Queda demostrado, que en España es más peligroso defender ideas que robar a manos llenas cuando tantos políticos procesados ya están en la calle, los últimos en beneficiarse del sistema judicial del club de los amigos, ha sido Ignacio González, Granados, Rato, Matas, y un largo sin fin de mangantes del PP.

Les importa un bledo la imagen de “Corral de la Pacheca” que están dando al exterior del país, con su abuso de poder y el recorte constante de las libertades, les importa una caquita las consecuencias que puede representar actuar como gánsters.

Esta claro que la apuesta del PP, es la apuesta del dominio, escarmiento y sumisión, prescindiendo de ningún tipo de dialogo para paliar la situación, recordando que sus socios de Ciudadanos van más allá en el alarde de barbaridades para captar el voto de la ultraderecha.

Lo lamentable es el apoyo del PSOE al 155 y a la renuncia al principal objetivo de Pedro Sánchez, “ECHAR A RAJOY” según prometió a la militancia cuando estaba en la situación crítica en la que se encontró, y pidió el apoyo para resurgir de las cenizas y subirse de nuevo al carro de la dirección de su partido con la ayuda de los ahora decepcionados votantes. 

Estamos ante una involución de país gracias a que hay mucho palmero y mucho analfabeto político jugando a hondear banderitas, esos mismos que han votado y seguirán votando a estos gánsters que han hundido al país, porque no saben ver la mierda que les está cubriendo, solo tienen ojos para ver a una Cataluña rupturista con su intento de acabar con la unidad de este país.

viernes, 3 de noviembre de 2017

Soy Español – Carta de un obrero de derechas a las puertas del desahucio


Tengo un trabajo duro por un sueldo de mierda, pero me tomo mis cañas en el bar y discutimos de política y de futbol. 

Mis hijos van a un colegio público en el que entre el material que piden a principios de curso figura un paquete de 500 folios para hacer fotocopias del propio colegio, que aporto gustosamente, todo sea por ayudar, que la enseñanza está un poco jodida.

Cuando me pongo enfermo espero meses para hacerme unas pruebas diagnósticas, pero claro está, somos demasiada gente y muchos abusan de la sanidad, por cualquier cosa colapsan las urgencias de los hospitales, sobre todo los pobres que como no tienen otra cosa que hacer…Al final, no irá tan desencaminado el Sr. Pablo Casado, con eso de que los pobres deberían ir a un curandero en vez de al médico.

Me suben el agua y la luz, un mes si y el otro también, mientras mi nomina sube un año no y el otro tampoco, que se le va a hacer, menos mal que ya vamos saliendo de la crisis gracias a la buena gestión de nuestro gobierno, y es que Mariano los tiene cuadrados, que espabilado que es este político.

Mis padres malviven a su vejez en soledad y en espera de ayuda para la dependencia, están enclaustrados en casa sin poder salir, porque mi padre es invalido y mi madre tiene Alzheimer, menos mal que está mi hermana que al estar en paro puede echarles una mano. Los inmigrantes que han invadido nuestro país tienen la culpa de que haya tanto paro, que se vayan a su tierra, son una lacra…

Pero eso sí, amo a mi país sobre todas las cosas, a la legión y a mi bandera.
Cuando llega el fin de semana me desahogo lanzando insultos al equipo contrario y al árbitro, y cuando ganan los míos me siento realizado, tanto, que algunas veces me siento más feliz que cuando tenía relaciones con mi mujer.

Estos días estoy muy enfadado porque los comunistas, proetarras y Podemitas, aliados a los independentistas quieren acabar con la unidad de mi maravilloso país y joder lo que nos ha costado tanto a todos los españoles, quieren romper esta esplendorosa España que un día heredarán mis hijos... Si Franco levantara la cabeza…

Afortunadamente nuestros políticos se dejan la vida por nosotros, pero no que no puede ser, es que vivamos por encima de nuestras posibilidades, es que lo queremos todo y pasa lo que pasa. Algunos políticos roban, pero prefiero que me roben los del PP que los políticos catalanes, aunque lo de España son casos aislados que están siendo juzgados por nuestra implacable justicia, mira si no, han metido en la cárcel a todos los políticos golpistas de Cataluña, para que luego digan que la justicia en nuestro país no funciona o que es lenta, y no me vale que me digan eso de “¿y la infanta y Urdangarin?, ella lo dejo claro, no sabía nada de nada y su marido, bueno está localizable en Suiza y no van a encarcelar al cuñado del Rey, quedaría muy feo. 

Falta poco para que los empresarios de España, con la ayuda de Dios, Nuestro Señor y el Rey, comiencen a crear empresas y subir sueldos, mira por donde están viniendo muchas empresas que estaban en Cataluña, y esto nos va a beneficiar, que se jodan los catalufos, igual se pensaban que se iban a salir con la suya y conseguir la independencia, menudos traidores separatistas, más les tendrían que haber dado los valerosos cuerpos de seguridad del estado que se desplazaron a Cataluña para parar la revuelta independentista.

Y ahora permitirme que acabe porque voy a ahorcarme, me deshaucían a final de mes, y mi familia no sabe nada…

Decidles a mi mujer y mis hijos, que los quiero y que guardé la caja del frigorífico en el trastero, para que cuando los desahucien no pasen frío debajo del puente. 

Los comunistas son los culpables de toda la mierda que sucede en este país, más mano dura con los que se manifiestan en las calles, esto no pasaba en tiempos del caudillo… ¡ Qué tiempos de esplendor !, que bien se vivía...

Me voy con alegría, sabiendo que he sido un buen patriota, pero antes, pongo el cassette del Manolo para joder al vecino de arriba que es de Reus…

…Por eso se oye este refrán
"Que Viva España"
Y siempre la recordarán 
"Que Viva España" 
La gente canta con ardor 
"Que Viva España" 
La vida tiene otro Sabor, 
Y España es la Mejor …

miércoles, 25 de octubre de 2017

Mucha prisa para el 155, por? - Jordi Mas Font

MAÑANA DÍA CLAVE PARA LA INDEPENDENCIA DE CATALUNYA- 26 O.DE JORDI MAS FONT UN GRAN Y INTELIGENT ECONOMISTA CATALÁ ETS UN CRAK JORDI

Por fin he podido ver que tengo como seguidores, a periodistas de medios unionistas, los cuales se han visto obligados a publicar, siempre y cuando su editorial se lo ha permitido ( me constan casos en que no), la reunión del BCE de mañana.

Esta reunión es clave para la economía de España y voy a intentar explicarlo de la forma más breve y clara que pueda.

El BCE ha controlado artificialmente, desde 2015, la prima de riesgo de diferentes países, no sólo España, comprando más deuda de lo normal. Para ello, se creó un Plan llamado "Plan de Expansión Cuantitativa" ( QE), según el cual el BCE disponía de 60.000 millones mensuales para poder comprar deuda a los países de la UE que así lo precisaran utilizando el mercado secundario.

Eso permitía a los países PIGS ( cerdos por ser subsidiados e incumplidores) el poder reducir sus niveles de deuda y de Déficit Público ( lo que gastan de más cada año)...

La realidad es que Portugal e Irlanda han hecho correctamente los deberes y, a pesar de haber sido rescatadas, han superado con nota la situación..

Grecia, a pesar de haber tenido un segundo rescate, no lo está haciendo mal del todo....

Italia y España son las ovejas negras y el BCE se ha tenido que volcar en estos dos países, casi exclusivamente durante este año, y, sobre todo, en España...

En la actualidad ya nadie compra deuda española, sólo el BCE... Los mercados huyen de la compra a pesar de las inyecciones que, día, a día se van efectuando porque tienen muy claro el destino de España: El rescate... O una salida que dicen que no les gusta...

Y el BCE mañana dice basta... Y dice basta porque ya no puede aguantar este ritmo de compra para aquellos que no hacen los deberes, le es más fácil enviarlos al rescate o que estén obligados a recortar.

Ese basta dudo que sea de golpe, no tendría ningún tipo de lógica, y se baraja que se reduzca la aportación mensual a los 20.000-30.000 millones de euros, pero en un tiempo limitado de 6 a 8 meses... A partir de ese momento: EL BCE NO COMPRA MÁS DEUDA PÚBLICA.

Analicemos cómo queda España...

El año que viene venden 138.000 millones de euros que, en circunstancias normales, debería renovar, pero como nadie compra su deuda, queda a expensas de lo que pueda comprar el BCE... De esos 138.000 millones, a partir de Agosto vencen 76.000 millones... Que se preparen los españoles a perder las coberturas sociales ya que PP y PSOE, en 2015, para poder recibir esta ayuda del BCE, cambiaron la constitución para que primero se pagara la deuda, después ya irán las coberturas sociales si les queda algo....

Y en 2019 vencen 91.000 millones de euros....

El rescate de España está más que sentenciado y, lo más terrible es que la situación socioeconómica de los españoles es peor que la de los griegos antes de su primer rescate.... Mucha gente sufrirá muchísimo....

Sólo les queda una salida: Pactar la independencia con Catalunya para que Catalunya se quede parte de esa deuda y la devuelva a corto por medio de España.

Pero también es un día de movimientos.... Puede haber DUI mañana mismo, o puede haber pacto con el estado español y no será autonomista.

Me queda ya muy claro que las conversaciones entre ambas partes existen, y que el gran problema es "cómo venderlo a los españoles, o mejor dicho, a los votantes".

Si hay DUI, y será una DUI light, habrá aplicación del 155, y los catalanes tendremos que salir a la calle convocando una huelga general indefinida ( auguro violencia policial española) que dará la enésima justificación a España... Eso sucederá si el anuncio del BCE es laxo para no perjudicar a Italia..... Israel, Rusia y China están preparadas para aportar el dinero necesario.

Si el anuncio del BCE es contundente, el argumento está servido y el pacto también ( pacto puede ser un referendum express acordado, un estado libre asociado o un estado completamente independiente)...

Veremos mañana.

lunes, 23 de octubre de 2017

El artículo de John Carlin que provocó su despido de El País

Este es el artículo, publicado en The Times, que ha causado el despido de John Carlin de El País. 

Independencia de Cataluña: la arrogancia de Madrid explica este caos.

Los catalanes ya han llegado a su límite de aguante tras tres siglos de agravios, pero la intransigencia del gobierno español es, en última instancia, la culpable de la crisis actual. 

Poco antes de que el rey de España se dirigiera a la nación esta semana, algunos de sus súbditos más racionales esperaban que, tal vez, pudiera elevarse por encima de la mezquindad de la clase política de Madrid. Pensaban que podía ofrecer una visión generosa de cómo resolver la crisis causada ante el creciente clamor por la independencia catalana. No hubo suerte. Al final de su discurso de seis minutos, Felipe VI sólo había empeorado las cosas. 

Rígido en su porte, con frialdad en su tono, no construyó puentes, cavó trincheras. No lamentó la violencia policial durante la celebración del pasado domingo de un referéndum en Cataluña, tan perjudicial también para la imagen exterior de su país; denunció la “irresponsabilidad” y el “desprecio” del gobierno catalán elegido por los catalanes y amenazó con más violencia. La “responsabilidad de los poderes legítimos del Estado”, advirtió el rey, es la de “garantizar el orden constitucional”, forma codificada de decir que si el gobierno catalán cumple su promesa de declarar la independencia unilateral, se enviarán los tanques. 

Hablando en nombre no de la nación, sino del gobierno central, se limitó a imitar cómo el ministro Mariano Rajoy ha actuado durante estos últimos cinco años: abdicó de su responsabilidad y, ajeno a lo que estaba haciendo, abdicó también como soberano en los corazones de los cada vez más amargados 7.5 millones de catalanes, el 80% de las cuales están a favor del derecho al voto sobre la independencia. 

Antes del domingo, varias encuestas indicaban que el voto secesionista en Cataluña se situaba entre el 40 y el 50 por ciento. No cabe duda de que esos números han aumentado desde entonces. Como dijo un amigo británico que conoce bien la política española, minutos después del discurso del rey, “aumentó en otros diez puntos el número de los independentistas “. Así es, agregándose. a los diez o más que se habían sumado después de los apaleamientos de la policía del domingo pasado. 

DESPLIEGUE LENTO HACIA EL DESASTRE 

Tengo un interés más que académico en este despliegue lento hacia el desastre. Mi madre es española, de Madrid. Viví 15 años en Cataluña hasta que me mudé a Londres, hace cuatro años, pero siempre he querido regresar y solicitar un pasaporte español después del referéndum sobre el Brexit. Me encanta España, así que estoy contra la independencia catalana, pero nunca he amado la política española, especialmente la peligrosa cepa autoritaria representada por la gente en el poder hoy y compartida por gran parte de la clase política madrileña. Nunca he olvidado una conversación que tuve hace 15 años con un hombre que sigue siendo un pilar de ese régimen. “No soporto a los catalanes”, exclamó. “Siempre quieren hacer un trato. ¡No tienen principios, por Dios! ¡No hay principios!” 

Es el aferramiento de Madrid a sus sagrados principios lo que nos ha llevado al peligroso desorden de hoy. También explica lo que, para la mente anglosajona, parece ser la inexplicable negativa del gobierno de Rajoy a tratar de resolver el problema a través de la mediación internacional o el diálogo de cualquier tipo. “Principios” en el contexto catalán significa la Constitución española, que no permite un referéndum sobre la soberanía de Cataluña. Uno podría pensar que una Constitución, siendo un documento humano, necesariamente falible, estaría abierta al cambio a medida que las circunstancias cambiasen. No en la cuestión catalana; no para Rajoy. 

Miguel de Unamuno, célebre escritor español del siglo pasado, lamentó lo que veía como un espíritu político nacional contaminado “por los cuarteles y la sacristía”. Mi opinión ha sido desde hace mucho tiempo que el hábito de pensamiento intransigente exhibido por la clase política de España es la herencia de 500 años de absolutismo católico. El catolicismo español era, para la cristiandad en general, lo que el Islam saudí es para el mundo musulmán de hoy: el más resistente a la influencia filosófica, política, cultural o científica exteriores. No creo que sea un accidente que no haya traducción en español, o en árabe, de la palabra inglesa “compromise”. El concepto de “cedo un poco y tú cedes un poco para que ambos acabemos ganando” es ajeno a la mente política española. 

Es por eso que el imperio español perdió Cuba en 1898, y antes California y el resto de lo que ahora es el oeste de los Estados Unidos. Es la razón principal por la que, sobre la cuestión catalana, el gobierno de centroderecha del Partido Popular de Rajoy y la clase política madrileña han logrado lo contrario de lo que pretenden: en lugar de trabajar para preservar la unidad de España, alientan al pueblo catalán y echan combustible al camino hacia la independencia. 

POLÍTICOS DE TERCERA CATEGORÍA 

En pocas palabras, son políticos de tercera categoría. La primera regla para la resolución inteligente de una disputa como la del problema catalán es conocer a tu enemigo: ponerse en sus zapatos, tratar de entender por qué piensan de la manera que lo hacen y, luego, tratar de persuadirlos de que se acerquen a tu punto de vista, o al menos para encontrarte en medio del camino. En La lucha por Cataluña, un nuevo libro del corresponsal del New York Times en España, Raphael Minder, acaba con la siguiente nota: los pueblos de España no se unirán, escribe Minder, mientras la clase política de Madrid no haga ningún esfuerzo por “comprender los sentimientos expresados ​por cientos de miles de personas en las calles de Barcelona”. 

Los sentimientos nacionalistas catalanes se remontan al menos a 300 años atrás. El 11 de septiembre de 1714, al final de la guerra de sucesión española, Barcelona cayó tras un largo asedio ante el ejército de Felipe V, el primer rey Borbón de España. Su homónimo actual podría haber tenido un poco más de tacto en su discurso esta semana, y hubiera podido recordar que esta gloriosa derrota, el Dunkerque catalán, marca hoy la fecha de la fiesta nacional anual de Cataluña. Se trata de una conmemoración del heroísmo suicida de los defensores de la ciudad, pero también un recordatorio de la opresión que sufrieron bajo Felipe V, un gobernante absoluto que demolió una quinta parte de la ciudad, cerró el parlamento catalán y las universidades y prohibió al catalán en la administración. 

Otro gobernante absoluto de memoria más reciente, Francisco Franco, avivó las llamas del agravio nacionalista llevando a cabo medidas asombrosamente similares después de que asumiera el poder por la fuerza en 1939, después de la victoria de sus fuerzas fascistas en la guerra civil española. Además de las ejecuciones por fusilamiento de los principales políticos catalanes y de otros tantos miles de personas, también suprimió el lenguaje local, principal emblema de la identidad catalana. Bajo el gobierno de Franco, los padres no podían dar a sus hijos nombres catalanes como Jordi o Josep. El generalísimo optó por considerar al catalán como un dialecto, algo tan insultante como erróneo: el catalán es un idioma, tanto como el español, el francés y el italiano. 

Una herencia de la era franquista que sigue agitando la olla nacionalista es el desdén por el catalán entre otros españoles. Se acompaña de una aversión por los catalanes en general, que muchos optan por considerar como estirados y creídos, cuando la verdad es, creo, que son simplemente tímidos. Pero el nacionalismo es un sentimiento, un resentimiento a fuego lento hacia un vecino percibido como abusador. El nacionalismo no es un plan. La independencia sí lo es. Lo que vemos hoy es cómo uno ha evolucionado hacia el otro y en una escala nunca antes vista. Muchos de los que en otro tiempo eran simplemente nacionalistas de corazón, plenos de sentimientos, son ahora militantes activos por la independencia. 

UNA REACCIÓN NACIONALISTA ESPAÑOLA 

Los años 2006, 2010 y 2012 marcan la progresión. En 2006, el voto proindependencia representaba apenas el 15% de la población. Una decisión tomada ese año dio esperanzas de que la cifra se redujera: no sólo el Parlamento catalán de Barcelona, ​sino el parlamento nacional de Madrid, votaron a favor de un nuevo estatuto que definía a Cataluña como nación y le otorgaba mayor autonomía de la que había disfrutado desde la muerte de Franco en 1975. Esto incluía el dotar a Cataluña de un mayor grado de independencia judicial. 

Los retrasos en la aplicación del estatuto dieron tiempo para una reacción nacionalista española. En 2010, el Partido Popular de Rajoy, entonces en oposición, sucumbió a la tentación que provocó la explosión del independentismo catalán y que ha llevado a la crisis actual: buscar votos en el resto de España, haciendo campaña contra el estatuto catalán, llevándolo al notoriamente politizado Tribunal Constitucional, donde fue anulado. La ley derrotó a la política, lo que fue el precedente que sigue obstaculizando una solución del problema hoy. 

En 2012, lo que entonces era el gobierno de centro-derecha catalán, sin embargo trató de encontrar un acercamiento a Rajoy, que se había convertido en primer ministro el año anterior. Buscó la negociación para tratar de obtener concesiones fiscales en la línea de las concedidas al País Vasco, cuyo gobierno tiene una autoridad mucho mayor sobre la recaudación y distribución del dinero de los impuestos. Pero Rajoy los rechazó. Si se suma la crisis económica y el alto desempleo a la indignación de los catalanes comunes por el trato despectivos que sentían que habían recibido, el resultado fue la mayor protesta que nadie en Cataluña podría recordar. En la fiesta nacional del 11 de septiembre, un millón de personas salieron a las calles de Barcelona. 

Lo que pidieron fue entonces un referéndum de independencia legalmente vinculante, y la esperanza creció después de que el gobierno británico accediera precisamente a tal cosa en Escocia, en 2014. Pero el gobierno de Rajoy no se movió. La ley era la ley. El pragmatismo era para él una palabra griega ininteligible. Era como si se apropiara del consejo que Franco le había dado una vez al editor de un periódico afín: “Haz como yo, no te involucres en política”. 

Pero los catalanes estaban, al contrario, haciendo mucha política, y en 2015 una coalición pro-independencia, encabezada por Carles Puigdemont, llegó al poder por un delgado margen en el parlamento catalán. Con lo cual la retórica de ambos lados se puso más enconada, y el clima político más hostil. 

El gobierno de Rajoy y sus partidarios en los medios de comunicación han retratado al “pelo de fregona” Puigdemont y a sus camaradas radicales como irresponsables e infantiles, pero ha sido difícil evitar la conclusión de que, de ser así, los políticos supuestamente adultos en Madrid han descendido al mismo nivel. El ministro de Educación echó más leña al fuego indicando su intención del gobierno de “españolizar” a los niños catalanes; el ministro de Relaciones Exteriores hizo lo mismo cuando acusó al gobierno catalán de “levantamiento” y “golpe de Estado”. Felipe González, ex primer ministro socialista, los superó a ambos en un artículo en El País en el que comparó el movimiento de independencia con “la aventura alemana o italiana” de los años treinta. 

Las cosas podrían haber sido muy diferentes, tan fáciles, empezando por que el Partido Popular hubiera reprimido el impulso vengativo que lo llevó a anular el estatuto de autonomía a través de los tribunales. Incluso si no hubiera sido así, las protestas callejeras masivas dos años más tarde dieron otra oportunidad. Si Rajoy tuviera un algo de estadista, podría haber ido a Barcelona, ​discutido conciliadoramente y ofrecido diálogo al gobierno catalán, menos militante y más flexible, que entonces estaba en el poder. Los aplausos habrían resonado alrededor del pasillo y los radicales de Puigdemont probablemente habrían también aplaudido. 

FANÁTICOS ESPAÑOLES Y ROMÁNTICOS CATALANES 

El peligroso enfrentamiento actual entre los fanáticos españoles y los románticos catalanes nunca habría ocurrido si, junto con el cambio en el fondo de la actitud, el resultado de las conversaciones hubiera sido la concesión de un referéndum vinculante como el que Escocia realizara hace tres años. Los catalanes dicen de sí mismos que dos emociones compiten en sus corazones, seny y rauxa: el sentido común y la pasión furiosa. Son, por tradición. mediterránea una antigua nación que negocia. Cuando no están enojados, como ahora, son las personas más prácticas de la tierra. Un referéndum celebrado hace un par de años habría producido con toda probabilidad un “no” sustancial a la independencia de España y, como sucedió en Quebec, el tema habría sido puesto a enfriar por lo menos durante una generación. 

En cambio, lo que tenemos ahora es el absurdo cruel del gobierno de Madrid actuando hacia los catalanes como un marido que odia a su esposa y la maltrata, negándose a contemplar como ella le abandona, gritando “¡Ella es mía!”. 

¿Que pasa ahora? Puigdemont ha dicho que hará una declaración unilateral de independencia, pero su demora en hacerlo indica un miedo completamente realista a las represalias más violentas de Madrid, de ahí su deseo declarado de mediación a la UE, hasta ahora rechazado. Tal declaración no significaría más que el resultado del “referéndum” unilateral: sería más bien teatro político. Cataluña no es una pequeña isla del Pacífico, suficiente por sí misma. Forma parte de España y forma parte de la Unión Europea. Un Catexit duro, en una noche, simplemente no es posible. Puigdemont está jugando un juego de alto riesgo. 

El gobierno español podría ver, sin embargo, que está jugando un juego, si lo deseara, y reaccionar proporcionalmente: vigilar y esperar un poco, reconocer que el clamor por la independencia catalana tiene un apoyo significativo detrás de él, y acceder a las conversaciones. La “esposa”, en este escenario, podría aceptar aún a algunas proposiciones. Rajoy podría hacer lo que debería haber hecho hace cinco años y aceptar un referéndum vinculante. En el caso de una victoria para el voto “sí”, el orden – al menos el orden del tipo que ahora se encuentra en el Brexit de Gran Bretaña – sería restaurado. Madrid, habiendo dado su bendición legal al referéndum, tendría que soportar con los dientes apretados el resultado. En el caso de una victoria del “no”, el problema estaría resuelto. 

Sin embargo, ni hablar de eso. Tal y como están las cosas, lo más probable es que triunfe la inquietante defensa del “orden constitucional” por “las fuerzas estatales legítimas”. Luis de Guindos, ministro de Economía, mostró lo inflexible que es el gobierno español cuando dijo en una entrevista televisiva, el jueves pasado, que la independencia catalana estaba “fuera de consideración” porque era, en primer lugar, “ilegal” y, segundo, “irracional “:” Cataluña siempre ha sido parte de España “. 

Una parte de mí todavía se aferra a la mota de esperanza que sentí antes del discurso del rey, que tal vez la UE vaya a intervenir y hacer entrar en razón a los líderes españoles. Pero es más probable que lo hagan sólo después de que muelan a palos a más catalanes, momento en el que puede ser demasiado tarde. Una muerte a manos de la policía del rey, un mártir por la causa catalana, y cualquier cosa podría suceder. Rajoy llama a Puigdemont traidor, pero si el conflicto se inclina hacia la violencia generalizada, y si Catalunya finalmente consigue la independencia, la historia puede registrar que el traidor más grande fue Rajoy.

Publicación original en inglés: The Times.

Julio Anguita: La troika del 155

No salgo de mi asombro. El Gobierno y sus dos ejecutores subalternos, PSOE y Ciudadanos, se aprestan a aprobar en el Senado la destitución del Govern, basándose -dicen- en la aplicación del artículo 155 de la Constitución. He consultado a constitucionalistas acerca de si existe un Ley Orgánica que haya desarrollado el procedimiento necesario para hacer efectiva la medida que el Senado va a aprobar. La respuesta ha sido negativa. En consecuencia debemos atenernos a la literalidad del texto, habida cuenta de que las leyes, las normas, los preceptos y los reglamentos usan el lenguaje como vehículo esencial para su conocimiento, difusión y aplicación y en su caso para la sanción derivada del incumplimiento. ¿Qué dice el texto del 155?

En el primer apartado se dice que el Gobierno tras la autorización del Senado podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquella (La comunidad autónoma) al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones. ¿Cómo puede obligarse a nadie a hacer algo si se le cesa?

En el segundo apartado del citado artículo podemos leer que para la ejecución de las medidas previstas en el apartado anterior el Gobierno podrá dar instrucciones a todas las autoridades de las Comunidades Autónomas. ¿Dar instrucciones es cesar? ¿Hay algún otro artículo en la Constitución que desarrolle, pormenorice y aclare la breve redacción del 155?

Las distintas sentencias del Tribunal Constitucional reiteran una y otra vez la necesidad de que el Gobierno tenga un mecanismo constitucional para abordar el problema que han planteado el Parlament y el Govern de Cataluña. Pero la pregunta sigue siendo la misma ¿En qué parte del articulado se dice que el Gobierno podrá cesar en sus funciones a cualquier presidente de comunidad autónoma y a todo su gobierno?

El que haya un vacío legal no puede servir de excusa para extralimitarse y aplicar acciones que la Constitución no contiene expresamente. ¿Acaso las ilegalidades hechas en Cataluña pueden ser combatidas con otras? ¿Dónde está el llamado Estado de Derecho?

El artículo 76, apartado d) de la Constitución de la II República establecía que le correspondía al Presidente de la misma: Ordenar las medidas urgentes que exija la defensa de la integridad o la seguridad de la Nación, dando inmediata cuenta a las Cortes. Es decir el Presidente recibía un mandato que le permitía actuar en consecuencia en casos de gravedad, aunque después estuviera obligado a dar explicaciones. Pero cesar a cargos democráticamente electos sin tener el respaldo constitucional para ello es una práctica de filibusterismo político. Por eso se la han inventado, contando con el coro de turiferarios que loarán una chapuza hecha a imagen y semejanza de la convocatoria del referéndum catalán.

Las acciones ilegales del Govern de Catalunya han sido calificadas de Golpe de Estado. ¿Cómo calificar una propuesta hecha al Senado, con el apoyo de la troika del 155, que no está ni explícita ni implícitamente, contenida en la Constitución?

El bipartito y el adminículo portaestandarte que los acompaña, no solamente han echado gasolina al fuego sino que, además, han arrojado otra paletada de tierra sobre la fosa en la que yace la Constitución de 1978 acompañada por la Transición que la engendró.

7 consideraciones sobre la crisis catalana - Pablo Iglesias Secretario General de Podemos

Del 135 al 155 o la contrarrevolución por arriba del bloque monárquico


España vive una crisis de régimen que tiene al menos tres dimensiones: la social (el empobrecimiento continuo de las clases populares, así como el deterioro del nivel de vida y las expectativas de los sectores medios); la institucional (la corrupción y el patrimonialismo de Estado del Partido Popular no es la excepción sino su regla de gobierno); y la territorial, sobre la que tratan estas consideraciones.

La crisis de régimen que vive nuestra patria la reconocen incluso las élites (políticas, económicas, mediáticas) que dirigieron el régimen del 78 y que mantienen una parte de su poder. La figura política más importante de nuestra historia política reciente, Felipe González, lo reconocía sin ambages en la recepción real del 12 de Octubre: «Soy un orgulloso representante del régimen del 78». Aquella recepción fue la imagen de una conjura monárquica para superar, mediante una restauración conservadora y centralista, la crisis española.

Pero lo que se mostró en aquella fiesta real (que no tuvieron a bien suspender tras la muerte de un trabajador de las Fuerzas Armadas que participó en el desfile) no fue un grupo cohesionado, coherente y capaz de diseñar una política de Estado exitosa.

Aunque en la foto del 12 de Octubre había mucho poder (político, militar, económico, etcétera), no había —ni de lejos— tanto como el que atesoraban las élites hace cuarenta años y, desde luego, allí había mucho menos talento de Estado.

Tras el discurso que pronunció Felipe VI el 4 de octubre, el bloque cohesionado de partidos, medios de comunicación y grandes empresas tiene enormes dificultades para llevar a cabo sus objetivos. El mismo hecho de que se les vea y se les perciba como «bloque» les debilita. Un proyecto de régimen que se precie necesita un Gobierno, pero también una oposición creíble como tal. Pero la oposición no fue a Palacio.

El acuerdo entre el PSOE y el PP que conllevó la reforma del artículo 135 de la Constitución española, y que supuso la subordinación del interés social a los intereses de los acreedores bancarios, representó la ruptura del pacto social en nuestro país. Hoy, el nuevo acuerdo entre el PP, el PSOE y la nueva extrema derecha que representa Ciudadanos implica de facto la ruptura del pacto territorial. El espíritu del 155 como política de vulneración de derechos y libertades democráticas no tiene por qué quedarse en Catalunya. De hecho, dirigentes del PP ya han amenazado con aplicar algo parecido en Euskadi y en Castilla-La Mancha (en esta región el PSOE gobierna con nosotros).

El bloque afín a la monarquía apenas maneja un errático proyecto de restauración que se sustenta en los siguientes pilares:

- Mantener al PP al frente del Gobierno todo el tiempo que sea necesario.

- Suspender el autogobierno en Catalunya, al tomar el control de todos los resortes institucionales catalanes —incluidos los medios de comunicación públicos— para convocar después elecciones en Catalunya (y probablemente volver a perderlas).

- Mantener a Unidos Podemos y a las confluencias lejos del Gobierno del Estado, aun a costa de sacrificar la posibilidad de que el PSOE vuelva a encabezar un gobierno en España.

El bloque monárquico tiene a su disposición todos los recursos coactivos para desarrollar su proyecto, pero carece —a diferencia de lo que ocurrió hace cuarenta años— de la capacidad política integradora imprescindible para que España sea viable como realidad política y territorial a medio y largo plazo.

1) Por qué estamos en contra de la aplicación del artículo 155 de la Constitución

La suspensión del autogobierno de Catalunya no solo hará saltar por los aires uno de los pactos cruciales de la Transición (la reinstauración de una institución republicana como la Generalitat, reconocida por la Constitución de 1978, fue la base del amplio apoyo social al texto constitucional en Catalunya), sino que es un ataque a los fundamentos mismos de la democracia española.

El diálogo sin condiciones que reclama la mayoría de la sociedad catalana y de la sociedad española (como señalan varias encuestas) es incompatible con una situación de administración colonial de Catalunya.

Que Rajoy y sus ministros se vayan a convertir de facto en president y Govern de la Generalitat (cuando el PP no alcanzó el 8,5% de los votos en las últimas elecciones celebradas en Catalunya) es simplemente un despropósito y una enorme torpeza política.

El nuevo Govern, con Rajoy, Zoido y Montoro a la cabeza, estará controlado solamente por el Senado, el cual está dominado por el PP con mayoría absoluta, gracias a una ley electoral antidemocrática y absurda.

El virrey Rajoy querrá administrar Catalunya y se encontrará resistencias que solo podrá afrontar con represión y más encarcelamientos.

Tarde o temprano tendrá que convocar elecciones y todo parece indicar que los partidos que apoyan el virreinato no mejorarán significativamente sus últimos resultados electorales.

2) Por qué estamos en contra de una declaración de independencia

El problema de una declaración de independencia no es tanto su ilegalidad (o su unilateralidad) como su ilegitimidad.

Las fuerzas políticas partidarias de la independencia obtuvieron el 47,8% de los votos (es decir, algo más de un tercio del censo electoral) en las elecciones de septiembre de 2015. Ese resultado, muy superior al del bloque monárquico (C’s-PSC-PP) y al nuestro, les da todo el derecho a gobernar Catalunya, pero no a declarar la independencia.

La movilización política del pasado 1 de octubre por parte de los partidarios del derecho a decidir fue imponente y épica, dadas las condiciones en las que se desarrolló. Es un hecho destacado que más de dos millones de ciudadanos catalanes expresaran su voluntad política. Pero, aun aceptando los datos ofrecidos por la Generalitat, es evidente que aquella movilización no reunió las condiciones y garantías de un referéndum que permita determinar la relación jurídica de Catalunya con el resto del Estado.

El 1 de octubre no se produjo solo una exhibición del poder de movilización del soberanismo, sino también la expresión de una voluntad mayoritaria de la sociedad catalana de decidir su futuro en las urnas y un ejemplo de movilización pacífica frente a la represión ordenada por el Gobierno. Ningún responsable político puede ignorar esto.

Pero, del mismo modo, no puede tampoco aceptarse que esa gran movilización social justifique la independencia de Catalunya.

3) Por qué defendemos un referéndum pactado

Un referéndum legal y pactado, además de ser una solución democrática, es la única solución que puede asegurar que Catalunya siga formando parte de España.

La incapacidad de dirección de Estado del bloque felipista se revela en su obcecación en no discutir la posibilidad de llevar a cabo un referéndum legal y con garantías. La clave del éxito de la Transición en relación con Catalunya fue pactar el autogobierno que, de hecho, condicionó el conjunto del modelo territorial de España. Hoy, la vía del 155 en Catalunya (que bien podría transformarse en la vía del 116 si el Gobierno se encuentra con resistencias ciudadanas) puede condicionar también una ofensiva reaccionaria en el conjunto del Estado.

Cuando el PP forzó que el Tribunal Constitucional (TC) hiciera saltar por los aires elEstatut (aprobado en el Parlament, en el Congreso de los Diputados y por el pueblo catalán en referéndum), también hizo saltar por los aires buena parte de las bases del pacto territorial que había hecho viable España como un Estado que integraba una territorialidad plurinacional compleja.

Las decisiones políticas tienen consecuencias. Puede afirmarse que si el PP hubiera respetado la voluntad popular de Catalunya, como hizo con la voluntad popular de Andalucía (algunos de los artículos del Estatut que el TC declaró inconstitucionales son idénticos a los artículos vigentes en otros Estatutos de Autonomía), hoy no sería necesario hacer un referéndum en Catalunya. Y, del mismo modo, como consecuencia de la decisión del PP y sus magistrados afines en el TC, hoy debemos afirmar que la celebración de un referéndum en Catalunya es imprescindible.

Numerosos constitucionalistas sostienen que realizar un referéndum es compatible con la Constitución y la ley; pero, si no fuera así, debemos asumir que en democracia las leyes deben adaptarse a las necesidades democráticas. Andalucía se ganó su derecho a ser reconocida como nacionalidad gracias a una movilización social masiva y al resultado de un referéndum que, sin embargo, no permitía con arreglo a la ley dar curso a la voluntad del pueblo andaluz. Y entonces los partidos cambiaron la ley para adaptarla a la decisión de la gente.

En cualquier caso, el referéndum no debería limitarse a dos opciones. La opción más deseada en Catalunya (según las encuestas) sería un nuevo encaje constitucional que reconociera a Catalunya como nación y profundizara su autogobierno.

Pensamos que la ciudadanía catalana tiene derecho a elegir también esta opción, al margen de las otras dos opciones: la independentista y la continuista.

4) El proyecto del bloque monárquico: España antes rota que con Unidos Podemos en el Gobierno

Desde el surgimiento de Podemos y su desarrollo junto a fuerzas políticas hermanas con las que confluimos y compartimos proyecto, las élites han movilizado todo su arsenal para evitar que pudiéramos formar parte del Gobierno del Estado.

Trataron de forzar el entendimiento entre PP, PSOE y C’s presionando incluso a Mariano Rajoy para que renunciara como candidato a la presidencia del Gobierno para facilitar así una gran coalición a tres. Rajoy resistió y el intento ulterior fue favorecer un Gobierno con un programa neoliberal acordado entre PSOE y C’s, siempre y cuando Podemos no participara en dicho Gobierno.

Las élites se opusieron con todas sus fuerzas a la posibilidad de entendimiento del PSOE con nosotros y las fuerzas políticas catalanas y vascas.

El propio Pedro Sánchez, horas después de ser obligado a dimitir como Secretario General del PSOE en 2016, reconoció en una entrevista con Jordi Évole que fue presionado, entre otros por César Alierta, así como por los jefes del diario El País y por la vieja guardia de su partido, para que no formase un Gobierno con nosotros.

Las élites saben que solo un Gobierno de coalición con Unidos Podemos hubiera podido pactar una salida democrática al problema catalán, pero nuestra presencia en el Gobierno habría implicado también cambios en el Estado que hubieran amenazado sus privilegios y a un entramado corrupto que, sin controlar el Estado, habría quedado expuesto a una acción de la Justicia sin interferencias por parte del poder político.

Antes que poner en riesgo sus privilegios y su impunidad, las élites decidieron arriesgar la integridad territorial de España.

5) La dirección del PSOE ha renunciado a encabezar un Gobierno

Tras fracasar en el intento de forzar la implosión interna de Podemos, los poderes oligárquicos fracasaron también en su intento de devolver al PSOE a su normalidad histórica.

La victoria de las bases del PSOE contra el aparato de su partido y contra los principales poderes mediáticos del país se basó en tres pilares: plurinacionalidad, mayor cercanía a Podemos y una oposición real al PP en la que no se descartaba la moción de censura.

Al arrojar por la borda las tres claves de su victoria, el nuevo Secretario General del PSOE, Pedro Sánchez, no solamente ha colocado al PSC en una posición imposible y ha debilitado a los sectores de su partido que le hicieron ganar, sino que ha vuelto a empoderar a sus adversarios internos, que nunca lo aceptarán como a uno de los suyos. Mil veces nos contaron el fin de los asesinos de Viriato y mil veces la historia se repite.

La victoria de Pedro Sánchez despertó una ola de ilusión en España, tanto en los votantes socialistas como en los nuestros, que veían en esa victoria de las bases un horizonte de Gobierno conjunto y la posibilidad de llevar a cabo avances sociales históricos y de resolver democráticamente el conflicto catalán. Apoyando al PP y apuntalando el bloque felipista, el PSOE ha renunciado a liderar un Gobierno de cambio en el Estado.

6) España será plurinacional o no será

El problema histórico de los monárquicos es que jamás entendieron España, a la que solo supieron dominar y someter. Nunca fueron capaces, salvo cuando la presión democrática les obligó, de utilizar el Estado para hacer de nuestra riqueza plurinacional un proyecto patriótico.

Las experiencias monárquicas de Estado durante los siglos XIX y XX configuraron una visión estrecha, uninacional y autoritaria de la realidad española. Para los partidarios de la monarquía, asociar la palabra «nación» en el territorio del Estado a algo diferente a España era algo inaceptable. Por ello, siempre identifican el Estado con la monarquía. Y España es mucho más que la monarquía y, además, está llamada a sobrevivir a ella.

Uno de los primeros elementos de ruptura con el franquismo durante la Transición fue la restauración de la Generalitat, con el retorno del president Tarradellas antes de que España se dotase de la actual Constitución. Con ello se reconocía que Catalunya se organizaba según un orden político propio, que es lo que en estos días se está rompiendo. Eso también fue evidente en Euskadi, donde no se reconoció la Constitución hasta que se garantizó la actualización de sus fueros. Las nacionalidades históricas se reconocen, precisamente, en el hecho de poseer instituciones propias que no derivan de la Constitución de 1978.

A partir de 1982, el modelo de Estado de las autonomías funcionó gracias a la estabilidad brindada por los grandes partidos nacionalistas catalán (CiU) y vasco (PNV). Sin embargo, en los últimos diez años, al tiempo que la crisis económica debilitó el proyecto de la Unión Europea, la estabilidad del régimen del 78 se rompió por dos flancos: el que abrió el 15M y el que abrió el proceso soberanista en Catalunya tras la sentencia del TC sobre el Estatut.

España y Catalunya afrontan hoy la realidad de su historia, de sus relaciones y de la carencia de una solución democrática pactada.

Para nosotros y nosotras, la solución es celebrar un referéndum legal y pactado que presente como opción una relación libre entre pueblos, para repartir de forma adecuada los beneficios y las cargas de pertenecer a un único Estado.

7) Tenemos un proyecto social y soberano para Catalunya y España

No se puede entender España desde la homogeneidad, sino desde la heterogeneidad y la fraternidad.

Me enorgullece como demócrata que Catalunya haya sido siempre una pieza crucial del cambio político en España y me indigna como español que la estrategia negacionista hacia el problema catalán por parte de las élites centrales pretenda impedir que Catalunya ayude a la formación de una nueva España.

No aceptamos el chantaje que busca considerar a los progresistas catalanes como apestados, para impedir así que formen una alianza con las fuerzas progresistas españolas y, si nuestra opción triunfa en el referéndum, les seguiremos emplazando a construir España y Catalunya con nosotros.

Hoy la crisis en Catalunya requiere pensar fórmulas, federales o confederales, para afrontar la plurinacionalidad de España como vínculo emocional y afectivo basado en el reconocimiento de las plurales tradiciones de sus pueblos.

La aplicación del 155 no es una iniciativa aislada. Forma parte de una estrategia autoritaria de recentralización, que amenaza la viabilidad de los Estatutos de Autonomía y que impide que los pueblos se doten de las herramientas adecuadas para garantizar su existencia histórica, tanto en el campo económico, fiscal, hacendístico, cultural, lingüístico como en el de reconocimiento internacional.

Es necesario defender España asumiendo el derecho del pueblo catalán a decidir su futuro en un referéndum y, a partir de ahí, discutir en Catalunya y en España un modelo de Estado plurinacional que no solo reconozca a Catalunya como nación, sino que apueste por una configuración estatal que acepte de una vez la realidad plurinacional de nuestra patria y construya un proyecto de país asociado a la justicia social y a la soberanía popular.

España cuenta con una reserva democrática de valor incalculable, un espíritu republicano que debe dejar de ser una nostalgia asociada a símbolos del siglo XX para acompañar el impulso constituyente que inició el 15M.

El espíritu constituyente del 15M debe impulsar la nueva España a la que aspiramos; social, republicana y plurinacional.

PENSAMIENTO CRÍTICO - VICENÇ NAVARRO



Por qué las derechas y muchas izquierdas españolas no entienden o no quieren entender lo que pasa en Catalunya.

Una de las razones que se dan con mayor frecuencia en círculos del establishment político-mediático español para explicar el crecimiento del independentismo en Catalunya es que la mayoría de la población catalana ha sido sujeta a un lavado de cerebro durante la mayoría de los años de gobierno en Catalunya por partidos nacionalistas catalanistas, lo que explica su creciente deseo de separarse del resto de España, deseo que sería fruto de su supuesto adoctrinamiento en un sentimiento anti-español. Ha habido voces, predominantemente de la derecha catalana, de orientación conservadora y/o neoliberal, que han ayudado a que se creara esta percepción a través de mensajes y eslóganes como “España nos roba”, con los que han contribuido a la extensión en España de tal lectura de lo que está ocurriendo en Catalunya. Las declaraciones en La Sexta Noche del que fue presidente de la Comunidad de Castilla-La Mancha, y Ministro de Defensa durante el gobierno del PSOE (dirigido por el Sr. Zapatero), el Sr. José Bono, son un caso claro de este pensamiento dominante que atribuye lo que pasa en Catalunya a una manipulación de los sistemas públicos de información y de las instituciones públicas de reproducción de valores por parte de los partidos gobernantes en la Generalitat de Catalunya.

Sin negar la instrumentalización de tales medios por los gobiernos Pujol, Mas y Puigdemont (que yo he criticado extensamente), que se presenta incluso con mayor intensidad en las otras comunidades autónomas de España (donde los medios de información están también instrumentalizadas por los partidos gobernantes), tal hecho es insuficiente para explicar el creciente deseo que existe entre grandes sectores de la población catalana de separarse de España. Dicha manipulación de los medios de información por parte de los gobiernos nacionalistas catalanistas de la Generalitat de Catalunya ha sido constante durante más de treinta años de mandato y, sin embargo, el crecimiento del independentismo se ha dado solo recientemente y de una manera muy rápida, y muy en especial, desde que el Tribunal Constitucional del Estado español rechazó elementos muy importantes del Estatut propuesto por el gobierno catalán tripartito presidido por el socialista Pasqual Maragall (durante los pocos años que Catalunya ha estado gobernada por las izquierdas), y que fue aprobado por el Parlament, por las Cortes Españolas y refrendado, más tarde, por el pueblo de Catalunya.

Las causas verdaderas del crecimiento del independentismo en Catalunya: el nacionalismo uninacional del Estado español Borbónico y del establishment político-mediático español

El hecho de que las derechas y muchas izquierdas españolas asignen la responsabilidad de tal crecimiento a las políticas informativas y educativas del gobierno catalán, se debe a su deseo de negar cualquier responsabilidad del Estado español en el crecimiento del independentismo, que es precisamente la causa mayor del aumento en grandes sectores de la población catalana del deseo de separarse de España. La causa de este crecimiento no se encuentra, pues, en Catalunya, sino primordialmente en las políticas públicas del Estado central basado en la capital del Reino (que tiene poco que ver con el Madrid popular), centro del nacionalismo españolista, que es la primera y más importante causa de aquel crecimiento. Debería ser obvio que para entender qué pasa en Catalunya hay que conocer el pasado oculto (olvidado deliberadamente en la historia oficial del país) y el presente sesgadamente mostrado por el establishment político-mediático del país, del cual el Sr. Bono es representativo. Hoy tal nacionalismo uninacional, cuya máxima expresión fue la dictadura franquista que existió en España durante cuarenta años y cuya cultura ha permanecido en la democracia que le siguió, y que pervive como consecuencia de que la transición (mal llamada modélica) de la dictadura a la democracia no fue una ruptura con el Estado anterior, sino una apertura para poder incorporar elementos de democracia que le permitieran entrar en la Unión Europea, elementos que eran muy insuficientes para poder homologar la democracia existente en España a la de la mayoría de los países de dicha comunidad político-administrativa.

El nacionalismo uninacional españolista que no se define como nacionalismo

El Estado español ha sido siempre el máximo instrumento de ese nacionalismo españolista, vehiculado por la Monarquía Borbónica. Esta visión uninacional es también dominante en la intelectualidad española. Y es tan poderosa y tan generalizada que los autores que la reproducen ni siquiera son conscientes de ello. Es característico de cualquier discurso dominante discriminatorio que el que lo reproduce ni se dé cuenta de ello. En una cultura machista, por ejemplo, las expresiones machistas que se utilizan en el lenguaje ni siquiera son reconocidas como tales por las personas que las utilizan, pues ni siquiera son conscientes de ello. Tales términos están tan integrados en el lenguaje y manera de pensar dominante que ni siquiera son considerados ideológicos: se consideran como un lenguaje neutral, razonable y/o lógico. Lo mismo ocurre, pues, con el nacionalismo españolista, que ni siquiera se considera nacionalismo. Dicho término, “nacionalismo”, se utiliza para definir a los nacionalismos periféricos como el catalán, el vasco o el gallego. Pero nunca para definir el nacionalismo españolista. Oír a un Vargas Llosa, o a un Fernando Sabater o a un José Bono diciendo que los nacionalismos son malos, definiendo como tales solo a los periféricos, sin reconocer que ellos son, a su vez, profundamente nacionalistas, imponiendo su nacionalismo a todos los demás, es característico de lo que ocurre hoy en España. Todos ellos han publicado artículos o hecho declaraciones demonizando a los nacionalismos periféricos con argumentos típicos del nacionalismo españolista, acentuando la uninacionalidad de España, mensajes transmitidos en El País y otros medios del establishment político-mediático del Estado borbónico.

Este nacionalismo uninacional fue impuesto a sangre y fuego en Catalunya durante la Guerra Civil. No se quiere reconocer que, por ejemplo, el idioma catalán fue prohibido por los ocupantes de Catalunya (solo tolerado en el ambiente familiar), permitiéndose hablar solo “la lengua del imperio”, como se definió al castellano. El fascismo, máxima expresión del nacionalismo españolista, significó una opresión no solo de clase social, sino también de nación. Esto último nunca se reconoce o admite, y se olvida deliberadamente su enorme brutalidad, que incluso sorprendió a dirigentes del nazismo alemán y del fascismo italiano, de visita a Barcelona durante la ocupación (ver el capítulo X, “La llarga nit del franquisme”, en Josep Fontana, La formació d’una identitat. Una historia de Catalunya). El terror fue una táctica impuesta por los golpistas que interrumpieron un sistema democrático republicano, pues las fuerzas ocupantes del nacionalismo españolista sabían que tenían a la mayoría de la población en contra. 

La imposición del nacionalismo uninacional españolista

En Catalunya hubo un intento de genocidio cultural, hecho desconocido, ignorado, ocultado o ninguneado por el nacionalismo españolista. Hubo una represión brutal que se sumó al terror extendido a lo largo de toda España, impuesto por las oligarquías y élites de la estructura de poder en contra de la mayoría de las clases populares, terror causado por las mismas minorías que actuaron en contra de la cultura catalana. De ahí que las izquierdas catalanas siempre defendieran que la lucha por la liberación de las clases populares y de la nación catalana eran la misma, hecho que incluso la derecha nacionalista catalana dirigida por el Sr. Pujol tuvo que reconocer.

En España la gran influencia del nacionalismo españolista explica que cualquier defensa de la identidad catalana y de la plurinacionalidad del Estado haya sido vista siempre como secesionismo. La marginación de Pasqual Maragall, presidente socialista de la Generalitat de Catalunya, por parte de la dirección del PSOE bajo el mandato del presidente Zapatero y su equipo, incluyendo a su Ministro de Defensa, el Sr. Bono, debido a su intento de recuperar los derechos de Catalunya como nación, ejemplifica dicha influencia. El ministro Bono lo acusó de simpatías secesionistas. En realidad, el reconocimiento de Catalunya nunca respondió a un objetivo secesionista. Fue un reconocimiento profundamente solidario y basado en una visión plurinacional, con un claro compromiso por la justicia social y la democracia para toda España. Fue el presidente Companys (que fue director de una revista titulada Nueva España) el que murió fusilado por secesionista por las “tropas nacionales” golpistas. Companys invitó a las fuerzas progresistas españolas (entre las cuales él era sumamente popular) a que asentaran sus bases en Catalunya para poder resistir la situación que estaba sufriendo España. En Catalunya el independentismo solo ha surgido cuando la plurinacionalidad del Estado no ha sido aceptada por el Estado central. Y el caso actual es un ejemplo de ello.

Los símbolos borbónicos nunca han sido populares en Catalunya 

La enorme brutalidad con la que el nacionalismo españolista se impuso en Catalunya explica, por ejemplo, que la bandera borbónica española, máxima expresión de tal nacionalismo, nunca haya sido muy popular en en este territorio, hecho que es presentado maliciosamente por el nacionalismo españolista como el reflejo de un sentimiento anti-España, sentimiento que en realidad no existe en Catalunya. Hay que entender que cuando las tropas golpistas –que se llamaban a sí mismas los “nacionales” (que se caracterizaron por una enorme brutalidad y represión)- ocuparon Catalunya, lo hicieron enarbolando la bandera borbónica y tocando la Marcha Real como himno nacional. ¿Cómo quiere el establishment político-mediático que tales símbolos sean populares en Catalunya? ¿No se dan cuenta de que la gente tiene memoria? En Catalunya la bandera rojigualda ha sido popular solo en los barrios pudientes, donde tal bandera representaba a aquellos que recuperaron sus intereses. Pero, a nivel de calle, la bandera española era la republicana, bandera que, junto con la senyera en Catalunya, llevaban los soldados que defendían el sistema democrático en el frente. Miles de catalanes tienen en su tumba la senyera y la bandera española, que era, y emotivamente continúa siendo, la republicana.

Y lo que es de gran interés es que en las últimas manifestaciones, como la del 3 de octubre, además de muchísimas esteladas (la bandera independentista) había también, por parte de los que se sentían españoles y estaban en contra del Estado español borbónico, la bandera republicana (además de la senyera). La bandera española para las personas catalanas con memoria es la bandera republicana, la bandera de los que lucharon por otra España. Es indicador de bajeza y mezquindad, así como de fanatismo nacionalista españolista, que en el homenaje a los que lucharon por la República, el Sr. Bono, presidente de las Cortes Españolas, no les dejara llevar tal bandera. Y otro indicador de la bajeza moral de tal personaje es que manipulara en la entrevista que se le hizo en La Sexta las declaraciones que hace años hizo Pablo Iglesias, cuando este expresó no sentirse representado por la bandera borbónica española, a lo cual Bono indicó que, por lo visto, el Sr. Iglesias habría preferido la bandera de Afganistán (sí, dijo Afganistán. Venezuela no había aparecido todavía en su imaginario). No se le ocurrió al Sr. Bono que para miles de españoles de distinta procedencia familiar a la suya (procede de una familia falangista), emotivamente su bandera española es la republicana. En realidad, sería de desear que en la medida que exista un mayor rechazo a la Monarquía, se utilizaran extensamente los símbolos republicanos.

La crítica del supuesto victimismo en Catalunya

Otra característica del establishment político-mediático español es acusar al nacionalismo catalán de victimismo, presentándolo como si sufriera un complejo un tanto paranoico de ser víctima en esta relación, infundado según ellos, pues Catalunya siempre ha recibido un trato preferencial por parte del Estado español. Un análisis objetivo de lo que ocurrió con el Estatut del 2006 (cuyo veto en partes esenciales por parte del Tribunal Constitucional inició el crecimiento del independentismo) muestra la falsedad de dicha acusación. Una persona, no sospechosa de simpatías secesionistas, como Josep Borrell, que fue Presidente del Parlamento Europeo y Ministro en el gobierno PSOE presidido por Felipe González, ha hecho una breve lista de los agravios y ofensas a Catalunya. En 2005, el gobierno de izquierdas del tripartito, liderado por el socialista Pasqual Maragall, propuso un Estatut que redefiniera la relación del gobierno de la Generalitat con el Estado español, proponiendo, entre otros elementos, el reconocimiento de Catalunya como una nación dentro de un Estado plurinacional. Tal Estatut, como indiqué antes, fue aprobado por el Parlament de Catalunya, más tarde (modificado) aprobado por las Cortes Españolas, y por último, aprobado por el pueblo catalán en un referéndum. Ahora bien, todo este proceso acumulativo de decisiones tomadas por distintas soberanías fue completamente ignorado. Borrell señala que elementos importantes de tal Estatut fueron vetados por el Tribunal Constitucional, controlado por el PP, en un hecho que el catedrático Javier Pérez Royo ha definido como un golpe de Estado, saltándose todo tipo de soberanías debido a intereses partidistas. Y para mayor ofensa, se eliminaron elementos, como señala también Borrell, que ya habían sido aprobados en otras Comunidades Autonómicas, como es Andalucía. ¿Dónde está la paranoia?

Otro ejemplo citado por Josep Borrell es el constante silencio a las continuas peticiones de que se respete el concepto de ordinalidad, que no es una demanda insolidaria con otras CCAA, sino un deseo de que la aceptada solidaridad no revierta negativamente en el potencial de desarrollo de la autonomía catalana, un principio aceptado en muchos países de configuración semejante a la española.

Añade Borrell como promesas incumplidas el ofrecer 4.200 millones de euros en inversiones para acelerar el corredor mediterráneo, inversión que nunca apareció en los Presupuestos Generales del Estado. En realidad, el diseño de este corredor mediterráneo ha alcanzado en ocasiones, tal como señala de nuevo Josep Borrell, dimensiones absurdas, como fue la propuesta apoyada por la presidenta de Andalucía, la Sra. Susana Díaz, de que tal corredor pasara por Madrid.

Ni que decir tiene que el mundo independentista ha basado su argumentario en esta discriminación, exagerándola en algunos componentes, como hacer constante referencia a un supuesto déficit fiscal (que definen como robo) de nada menos que 16.000 millones de euros, aproximadamente un 8% del PIB, cifra que es muy superior a la real, que es de 4.000 millones de euros. Estas exageraciones son innecesarias, pues la realidad en sí ya muestra una situación que es intolerable; ahora bien, al caer en la exageración se pierde la credibilidad, que siempre es necesaria en un tema que fácilmente hiere las sensibilidades. Borrell admite que la situación actual sostiene muchas injusticias, concluyendo que hay cambios necesarios que deberían hacerse. La negación de esta realidad tan obvia y tan olvidada es una constante en el establishment político-mediático español.

Y esta actitud es constante. ¿Cómo puede interpretarse una movilización de homenaje a la Policía Nacional y a la Guardia Civil, causantes de 900 víctimas en su actuación del 1 de Octubre que necesitaron asistencia médica, sino como un acto de nacionalismo españolista, pues estos cuerpos de seguridad actuaron como instrumentos del Estado español para imponer su ley? Y nadie en tal cuerpo pidió disculpas por el daño causado. ¿No se dan cuenta de que tal homenaje contribuye a ofender a un gran número de catalanes?

El excesivo énfasis en la necesidad de respetar a Ley –otro de los argumentos más utilizados por el nacionalismo uninacional español- ignora que la Ley –como la Constitución- estuvo escrita en el momento de la transición por los poderosos en una situación claramente desequilibrada y desigual, donde los vencedores de la Guerra Civil (que controlaban el aparato del Estado y la mayoría de los medios de comunicación) tenían todo el poder, y los vencidos de tal conflicto tenían escaso poder (recién salidos de la cárcel, del exilio o de la clandestinidad). La continua referencia a respetar la Ley es el mensaje de aquellos que quieren continuar con tal desequilibrio en las relaciones de poder. Es una mera excusa para defender el estatus quo.

Y en cuanto al argumento de que la aprobación de la Constitución por parte de la población española legitimó que se considerara como el punto de referencia de todos los demócratas hay que señalar que tal argumento ignora que las dos alternativas posibles que se presentaron a la población fueron o bien inaugurar la democracia (reflejada en la Constitución) o continuar en la dictadura. Entre tales opciones era claro que la población eligiera la primera alternativa sobre la segunda. En realidad, el hecho de que Catalunya fuera la Comunidad donde la aprobación de la Constitución fue mayor se debió, no tanto al entusiasmo por la Constitución, sino por el gran rechazo a la dictadura. Aprobar tal referéndum fue la única salida a tal situación intolerable.

Nota final

Es hoy muy difícil para aquellos catalanes que nos sentimos también españoles promover posturas alternativas al secesionismo, pues la imagen que hoy viene de España es muy poco atrayente. Y es ahí donde es sumamente positivo que estén apareciendo a lo largo del territorio español unas nuevas fuerzas progresistas que tienen una visión plurinacional, pues son ellas las únicas que podrían salvar a España, pues la represión y constante ofensa de Catalunya por parte del Estado español ya casi ha conseguido lo que el independentismo ha deseado: el rechazo tan notable en grandes sectores de la sociedad catalana hacia el Estado español y hacia España (facilitado esto último por el silencio y apatía hacia tal discriminación, que ha mostrado gran parte del establishment político-intelectual español). Hoy hace más falta que nunca acentuar que hay otra España posible, plurinacional y republicana, en la que la nueva Catalunya pueda ser parte de ella. La continuación del constante dominio del Estado borbónica actual ha conducido al secesionismo emocional de grandes sectores del pueblo catalán.



OCTUBRE 18, 2017
Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra