miércoles, 25 de octubre de 2017

Mucha prisa para el 155, por? - Jordi Mas Font

MAÑANA DÍA CLAVE PARA LA INDEPENDENCIA DE CATALUNYA- 26 O.DE JORDI MAS FONT UN GRAN Y INTELIGENT ECONOMISTA CATALÁ ETS UN CRAK JORDI

Por fin he podido ver que tengo como seguidores, a periodistas de medios unionistas, los cuales se han visto obligados a publicar, siempre y cuando su editorial se lo ha permitido ( me constan casos en que no), la reunión del BCE de mañana.

Esta reunión es clave para la economía de España y voy a intentar explicarlo de la forma más breve y clara que pueda.

El BCE ha controlado artificialmente, desde 2015, la prima de riesgo de diferentes países, no sólo España, comprando más deuda de lo normal. Para ello, se creó un Plan llamado "Plan de Expansión Cuantitativa" ( QE), según el cual el BCE disponía de 60.000 millones mensuales para poder comprar deuda a los países de la UE que así lo precisaran utilizando el mercado secundario.

Eso permitía a los países PIGS ( cerdos por ser subsidiados e incumplidores) el poder reducir sus niveles de deuda y de Déficit Público ( lo que gastan de más cada año)...

La realidad es que Portugal e Irlanda han hecho correctamente los deberes y, a pesar de haber sido rescatadas, han superado con nota la situación..

Grecia, a pesar de haber tenido un segundo rescate, no lo está haciendo mal del todo....

Italia y España son las ovejas negras y el BCE se ha tenido que volcar en estos dos países, casi exclusivamente durante este año, y, sobre todo, en España...

En la actualidad ya nadie compra deuda española, sólo el BCE... Los mercados huyen de la compra a pesar de las inyecciones que, día, a día se van efectuando porque tienen muy claro el destino de España: El rescate... O una salida que dicen que no les gusta...

Y el BCE mañana dice basta... Y dice basta porque ya no puede aguantar este ritmo de compra para aquellos que no hacen los deberes, le es más fácil enviarlos al rescate o que estén obligados a recortar.

Ese basta dudo que sea de golpe, no tendría ningún tipo de lógica, y se baraja que se reduzca la aportación mensual a los 20.000-30.000 millones de euros, pero en un tiempo limitado de 6 a 8 meses... A partir de ese momento: EL BCE NO COMPRA MÁS DEUDA PÚBLICA.

Analicemos cómo queda España...

El año que viene venden 138.000 millones de euros que, en circunstancias normales, debería renovar, pero como nadie compra su deuda, queda a expensas de lo que pueda comprar el BCE... De esos 138.000 millones, a partir de Agosto vencen 76.000 millones... Que se preparen los españoles a perder las coberturas sociales ya que PP y PSOE, en 2015, para poder recibir esta ayuda del BCE, cambiaron la constitución para que primero se pagara la deuda, después ya irán las coberturas sociales si les queda algo....

Y en 2019 vencen 91.000 millones de euros....

El rescate de España está más que sentenciado y, lo más terrible es que la situación socioeconómica de los españoles es peor que la de los griegos antes de su primer rescate.... Mucha gente sufrirá muchísimo....

Sólo les queda una salida: Pactar la independencia con Catalunya para que Catalunya se quede parte de esa deuda y la devuelva a corto por medio de España.

Pero también es un día de movimientos.... Puede haber DUI mañana mismo, o puede haber pacto con el estado español y no será autonomista.

Me queda ya muy claro que las conversaciones entre ambas partes existen, y que el gran problema es "cómo venderlo a los españoles, o mejor dicho, a los votantes".

Si hay DUI, y será una DUI light, habrá aplicación del 155, y los catalanes tendremos que salir a la calle convocando una huelga general indefinida ( auguro violencia policial española) que dará la enésima justificación a España... Eso sucederá si el anuncio del BCE es laxo para no perjudicar a Italia..... Israel, Rusia y China están preparadas para aportar el dinero necesario.

Si el anuncio del BCE es contundente, el argumento está servido y el pacto también ( pacto puede ser un referendum express acordado, un estado libre asociado o un estado completamente independiente)...

Veremos mañana.

lunes, 23 de octubre de 2017

El artículo de John Carlin que provocó su despido de El País

Este es el artículo, publicado en The Times, que ha causado el despido de John Carlin de El País. 

Independencia de Cataluña: la arrogancia de Madrid explica este caos.

Los catalanes ya han llegado a su límite de aguante tras tres siglos de agravios, pero la intransigencia del gobierno español es, en última instancia, la culpable de la crisis actual. 

Poco antes de que el rey de España se dirigiera a la nación esta semana, algunos de sus súbditos más racionales esperaban que, tal vez, pudiera elevarse por encima de la mezquindad de la clase política de Madrid. Pensaban que podía ofrecer una visión generosa de cómo resolver la crisis causada ante el creciente clamor por la independencia catalana. No hubo suerte. Al final de su discurso de seis minutos, Felipe VI sólo había empeorado las cosas. 

Rígido en su porte, con frialdad en su tono, no construyó puentes, cavó trincheras. No lamentó la violencia policial durante la celebración del pasado domingo de un referéndum en Cataluña, tan perjudicial también para la imagen exterior de su país; denunció la “irresponsabilidad” y el “desprecio” del gobierno catalán elegido por los catalanes y amenazó con más violencia. La “responsabilidad de los poderes legítimos del Estado”, advirtió el rey, es la de “garantizar el orden constitucional”, forma codificada de decir que si el gobierno catalán cumple su promesa de declarar la independencia unilateral, se enviarán los tanques. 

Hablando en nombre no de la nación, sino del gobierno central, se limitó a imitar cómo el ministro Mariano Rajoy ha actuado durante estos últimos cinco años: abdicó de su responsabilidad y, ajeno a lo que estaba haciendo, abdicó también como soberano en los corazones de los cada vez más amargados 7.5 millones de catalanes, el 80% de las cuales están a favor del derecho al voto sobre la independencia. 

Antes del domingo, varias encuestas indicaban que el voto secesionista en Cataluña se situaba entre el 40 y el 50 por ciento. No cabe duda de que esos números han aumentado desde entonces. Como dijo un amigo británico que conoce bien la política española, minutos después del discurso del rey, “aumentó en otros diez puntos el número de los independentistas “. Así es, agregándose. a los diez o más que se habían sumado después de los apaleamientos de la policía del domingo pasado. 

DESPLIEGUE LENTO HACIA EL DESASTRE 

Tengo un interés más que académico en este despliegue lento hacia el desastre. Mi madre es española, de Madrid. Viví 15 años en Cataluña hasta que me mudé a Londres, hace cuatro años, pero siempre he querido regresar y solicitar un pasaporte español después del referéndum sobre el Brexit. Me encanta España, así que estoy contra la independencia catalana, pero nunca he amado la política española, especialmente la peligrosa cepa autoritaria representada por la gente en el poder hoy y compartida por gran parte de la clase política madrileña. Nunca he olvidado una conversación que tuve hace 15 años con un hombre que sigue siendo un pilar de ese régimen. “No soporto a los catalanes”, exclamó. “Siempre quieren hacer un trato. ¡No tienen principios, por Dios! ¡No hay principios!” 

Es el aferramiento de Madrid a sus sagrados principios lo que nos ha llevado al peligroso desorden de hoy. También explica lo que, para la mente anglosajona, parece ser la inexplicable negativa del gobierno de Rajoy a tratar de resolver el problema a través de la mediación internacional o el diálogo de cualquier tipo. “Principios” en el contexto catalán significa la Constitución española, que no permite un referéndum sobre la soberanía de Cataluña. Uno podría pensar que una Constitución, siendo un documento humano, necesariamente falible, estaría abierta al cambio a medida que las circunstancias cambiasen. No en la cuestión catalana; no para Rajoy. 

Miguel de Unamuno, célebre escritor español del siglo pasado, lamentó lo que veía como un espíritu político nacional contaminado “por los cuarteles y la sacristía”. Mi opinión ha sido desde hace mucho tiempo que el hábito de pensamiento intransigente exhibido por la clase política de España es la herencia de 500 años de absolutismo católico. El catolicismo español era, para la cristiandad en general, lo que el Islam saudí es para el mundo musulmán de hoy: el más resistente a la influencia filosófica, política, cultural o científica exteriores. No creo que sea un accidente que no haya traducción en español, o en árabe, de la palabra inglesa “compromise”. El concepto de “cedo un poco y tú cedes un poco para que ambos acabemos ganando” es ajeno a la mente política española. 

Es por eso que el imperio español perdió Cuba en 1898, y antes California y el resto de lo que ahora es el oeste de los Estados Unidos. Es la razón principal por la que, sobre la cuestión catalana, el gobierno de centroderecha del Partido Popular de Rajoy y la clase política madrileña han logrado lo contrario de lo que pretenden: en lugar de trabajar para preservar la unidad de España, alientan al pueblo catalán y echan combustible al camino hacia la independencia. 

POLÍTICOS DE TERCERA CATEGORÍA 

En pocas palabras, son políticos de tercera categoría. La primera regla para la resolución inteligente de una disputa como la del problema catalán es conocer a tu enemigo: ponerse en sus zapatos, tratar de entender por qué piensan de la manera que lo hacen y, luego, tratar de persuadirlos de que se acerquen a tu punto de vista, o al menos para encontrarte en medio del camino. En La lucha por Cataluña, un nuevo libro del corresponsal del New York Times en España, Raphael Minder, acaba con la siguiente nota: los pueblos de España no se unirán, escribe Minder, mientras la clase política de Madrid no haga ningún esfuerzo por “comprender los sentimientos expresados ​por cientos de miles de personas en las calles de Barcelona”. 

Los sentimientos nacionalistas catalanes se remontan al menos a 300 años atrás. El 11 de septiembre de 1714, al final de la guerra de sucesión española, Barcelona cayó tras un largo asedio ante el ejército de Felipe V, el primer rey Borbón de España. Su homónimo actual podría haber tenido un poco más de tacto en su discurso esta semana, y hubiera podido recordar que esta gloriosa derrota, el Dunkerque catalán, marca hoy la fecha de la fiesta nacional anual de Cataluña. Se trata de una conmemoración del heroísmo suicida de los defensores de la ciudad, pero también un recordatorio de la opresión que sufrieron bajo Felipe V, un gobernante absoluto que demolió una quinta parte de la ciudad, cerró el parlamento catalán y las universidades y prohibió al catalán en la administración. 

Otro gobernante absoluto de memoria más reciente, Francisco Franco, avivó las llamas del agravio nacionalista llevando a cabo medidas asombrosamente similares después de que asumiera el poder por la fuerza en 1939, después de la victoria de sus fuerzas fascistas en la guerra civil española. Además de las ejecuciones por fusilamiento de los principales políticos catalanes y de otros tantos miles de personas, también suprimió el lenguaje local, principal emblema de la identidad catalana. Bajo el gobierno de Franco, los padres no podían dar a sus hijos nombres catalanes como Jordi o Josep. El generalísimo optó por considerar al catalán como un dialecto, algo tan insultante como erróneo: el catalán es un idioma, tanto como el español, el francés y el italiano. 

Una herencia de la era franquista que sigue agitando la olla nacionalista es el desdén por el catalán entre otros españoles. Se acompaña de una aversión por los catalanes en general, que muchos optan por considerar como estirados y creídos, cuando la verdad es, creo, que son simplemente tímidos. Pero el nacionalismo es un sentimiento, un resentimiento a fuego lento hacia un vecino percibido como abusador. El nacionalismo no es un plan. La independencia sí lo es. Lo que vemos hoy es cómo uno ha evolucionado hacia el otro y en una escala nunca antes vista. Muchos de los que en otro tiempo eran simplemente nacionalistas de corazón, plenos de sentimientos, son ahora militantes activos por la independencia. 

UNA REACCIÓN NACIONALISTA ESPAÑOLA 

Los años 2006, 2010 y 2012 marcan la progresión. En 2006, el voto proindependencia representaba apenas el 15% de la población. Una decisión tomada ese año dio esperanzas de que la cifra se redujera: no sólo el Parlamento catalán de Barcelona, ​sino el parlamento nacional de Madrid, votaron a favor de un nuevo estatuto que definía a Cataluña como nación y le otorgaba mayor autonomía de la que había disfrutado desde la muerte de Franco en 1975. Esto incluía el dotar a Cataluña de un mayor grado de independencia judicial. 

Los retrasos en la aplicación del estatuto dieron tiempo para una reacción nacionalista española. En 2010, el Partido Popular de Rajoy, entonces en oposición, sucumbió a la tentación que provocó la explosión del independentismo catalán y que ha llevado a la crisis actual: buscar votos en el resto de España, haciendo campaña contra el estatuto catalán, llevándolo al notoriamente politizado Tribunal Constitucional, donde fue anulado. La ley derrotó a la política, lo que fue el precedente que sigue obstaculizando una solución del problema hoy. 

En 2012, lo que entonces era el gobierno de centro-derecha catalán, sin embargo trató de encontrar un acercamiento a Rajoy, que se había convertido en primer ministro el año anterior. Buscó la negociación para tratar de obtener concesiones fiscales en la línea de las concedidas al País Vasco, cuyo gobierno tiene una autoridad mucho mayor sobre la recaudación y distribución del dinero de los impuestos. Pero Rajoy los rechazó. Si se suma la crisis económica y el alto desempleo a la indignación de los catalanes comunes por el trato despectivos que sentían que habían recibido, el resultado fue la mayor protesta que nadie en Cataluña podría recordar. En la fiesta nacional del 11 de septiembre, un millón de personas salieron a las calles de Barcelona. 

Lo que pidieron fue entonces un referéndum de independencia legalmente vinculante, y la esperanza creció después de que el gobierno británico accediera precisamente a tal cosa en Escocia, en 2014. Pero el gobierno de Rajoy no se movió. La ley era la ley. El pragmatismo era para él una palabra griega ininteligible. Era como si se apropiara del consejo que Franco le había dado una vez al editor de un periódico afín: “Haz como yo, no te involucres en política”. 

Pero los catalanes estaban, al contrario, haciendo mucha política, y en 2015 una coalición pro-independencia, encabezada por Carles Puigdemont, llegó al poder por un delgado margen en el parlamento catalán. Con lo cual la retórica de ambos lados se puso más enconada, y el clima político más hostil. 

El gobierno de Rajoy y sus partidarios en los medios de comunicación han retratado al “pelo de fregona” Puigdemont y a sus camaradas radicales como irresponsables e infantiles, pero ha sido difícil evitar la conclusión de que, de ser así, los políticos supuestamente adultos en Madrid han descendido al mismo nivel. El ministro de Educación echó más leña al fuego indicando su intención del gobierno de “españolizar” a los niños catalanes; el ministro de Relaciones Exteriores hizo lo mismo cuando acusó al gobierno catalán de “levantamiento” y “golpe de Estado”. Felipe González, ex primer ministro socialista, los superó a ambos en un artículo en El País en el que comparó el movimiento de independencia con “la aventura alemana o italiana” de los años treinta. 

Las cosas podrían haber sido muy diferentes, tan fáciles, empezando por que el Partido Popular hubiera reprimido el impulso vengativo que lo llevó a anular el estatuto de autonomía a través de los tribunales. Incluso si no hubiera sido así, las protestas callejeras masivas dos años más tarde dieron otra oportunidad. Si Rajoy tuviera un algo de estadista, podría haber ido a Barcelona, ​discutido conciliadoramente y ofrecido diálogo al gobierno catalán, menos militante y más flexible, que entonces estaba en el poder. Los aplausos habrían resonado alrededor del pasillo y los radicales de Puigdemont probablemente habrían también aplaudido. 

FANÁTICOS ESPAÑOLES Y ROMÁNTICOS CATALANES 

El peligroso enfrentamiento actual entre los fanáticos españoles y los románticos catalanes nunca habría ocurrido si, junto con el cambio en el fondo de la actitud, el resultado de las conversaciones hubiera sido la concesión de un referéndum vinculante como el que Escocia realizara hace tres años. Los catalanes dicen de sí mismos que dos emociones compiten en sus corazones, seny y rauxa: el sentido común y la pasión furiosa. Son, por tradición. mediterránea una antigua nación que negocia. Cuando no están enojados, como ahora, son las personas más prácticas de la tierra. Un referéndum celebrado hace un par de años habría producido con toda probabilidad un “no” sustancial a la independencia de España y, como sucedió en Quebec, el tema habría sido puesto a enfriar por lo menos durante una generación. 

En cambio, lo que tenemos ahora es el absurdo cruel del gobierno de Madrid actuando hacia los catalanes como un marido que odia a su esposa y la maltrata, negándose a contemplar como ella le abandona, gritando “¡Ella es mía!”. 

¿Que pasa ahora? Puigdemont ha dicho que hará una declaración unilateral de independencia, pero su demora en hacerlo indica un miedo completamente realista a las represalias más violentas de Madrid, de ahí su deseo declarado de mediación a la UE, hasta ahora rechazado. Tal declaración no significaría más que el resultado del “referéndum” unilateral: sería más bien teatro político. Cataluña no es una pequeña isla del Pacífico, suficiente por sí misma. Forma parte de España y forma parte de la Unión Europea. Un Catexit duro, en una noche, simplemente no es posible. Puigdemont está jugando un juego de alto riesgo. 

El gobierno español podría ver, sin embargo, que está jugando un juego, si lo deseara, y reaccionar proporcionalmente: vigilar y esperar un poco, reconocer que el clamor por la independencia catalana tiene un apoyo significativo detrás de él, y acceder a las conversaciones. La “esposa”, en este escenario, podría aceptar aún a algunas proposiciones. Rajoy podría hacer lo que debería haber hecho hace cinco años y aceptar un referéndum vinculante. En el caso de una victoria para el voto “sí”, el orden – al menos el orden del tipo que ahora se encuentra en el Brexit de Gran Bretaña – sería restaurado. Madrid, habiendo dado su bendición legal al referéndum, tendría que soportar con los dientes apretados el resultado. En el caso de una victoria del “no”, el problema estaría resuelto. 

Sin embargo, ni hablar de eso. Tal y como están las cosas, lo más probable es que triunfe la inquietante defensa del “orden constitucional” por “las fuerzas estatales legítimas”. Luis de Guindos, ministro de Economía, mostró lo inflexible que es el gobierno español cuando dijo en una entrevista televisiva, el jueves pasado, que la independencia catalana estaba “fuera de consideración” porque era, en primer lugar, “ilegal” y, segundo, “irracional “:” Cataluña siempre ha sido parte de España “. 

Una parte de mí todavía se aferra a la mota de esperanza que sentí antes del discurso del rey, que tal vez la UE vaya a intervenir y hacer entrar en razón a los líderes españoles. Pero es más probable que lo hagan sólo después de que muelan a palos a más catalanes, momento en el que puede ser demasiado tarde. Una muerte a manos de la policía del rey, un mártir por la causa catalana, y cualquier cosa podría suceder. Rajoy llama a Puigdemont traidor, pero si el conflicto se inclina hacia la violencia generalizada, y si Catalunya finalmente consigue la independencia, la historia puede registrar que el traidor más grande fue Rajoy.

Publicación original en inglés: The Times.

Julio Anguita: La troika del 155

No salgo de mi asombro. El Gobierno y sus dos ejecutores subalternos, PSOE y Ciudadanos, se aprestan a aprobar en el Senado la destitución del Govern, basándose -dicen- en la aplicación del artículo 155 de la Constitución. He consultado a constitucionalistas acerca de si existe un Ley Orgánica que haya desarrollado el procedimiento necesario para hacer efectiva la medida que el Senado va a aprobar. La respuesta ha sido negativa. En consecuencia debemos atenernos a la literalidad del texto, habida cuenta de que las leyes, las normas, los preceptos y los reglamentos usan el lenguaje como vehículo esencial para su conocimiento, difusión y aplicación y en su caso para la sanción derivada del incumplimiento. ¿Qué dice el texto del 155?

En el primer apartado se dice que el Gobierno tras la autorización del Senado podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquella (La comunidad autónoma) al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones. ¿Cómo puede obligarse a nadie a hacer algo si se le cesa?

En el segundo apartado del citado artículo podemos leer que para la ejecución de las medidas previstas en el apartado anterior el Gobierno podrá dar instrucciones a todas las autoridades de las Comunidades Autónomas. ¿Dar instrucciones es cesar? ¿Hay algún otro artículo en la Constitución que desarrolle, pormenorice y aclare la breve redacción del 155?

Las distintas sentencias del Tribunal Constitucional reiteran una y otra vez la necesidad de que el Gobierno tenga un mecanismo constitucional para abordar el problema que han planteado el Parlament y el Govern de Cataluña. Pero la pregunta sigue siendo la misma ¿En qué parte del articulado se dice que el Gobierno podrá cesar en sus funciones a cualquier presidente de comunidad autónoma y a todo su gobierno?

El que haya un vacío legal no puede servir de excusa para extralimitarse y aplicar acciones que la Constitución no contiene expresamente. ¿Acaso las ilegalidades hechas en Cataluña pueden ser combatidas con otras? ¿Dónde está el llamado Estado de Derecho?

El artículo 76, apartado d) de la Constitución de la II República establecía que le correspondía al Presidente de la misma: Ordenar las medidas urgentes que exija la defensa de la integridad o la seguridad de la Nación, dando inmediata cuenta a las Cortes. Es decir el Presidente recibía un mandato que le permitía actuar en consecuencia en casos de gravedad, aunque después estuviera obligado a dar explicaciones. Pero cesar a cargos democráticamente electos sin tener el respaldo constitucional para ello es una práctica de filibusterismo político. Por eso se la han inventado, contando con el coro de turiferarios que loarán una chapuza hecha a imagen y semejanza de la convocatoria del referéndum catalán.

Las acciones ilegales del Govern de Catalunya han sido calificadas de Golpe de Estado. ¿Cómo calificar una propuesta hecha al Senado, con el apoyo de la troika del 155, que no está ni explícita ni implícitamente, contenida en la Constitución?

El bipartito y el adminículo portaestandarte que los acompaña, no solamente han echado gasolina al fuego sino que, además, han arrojado otra paletada de tierra sobre la fosa en la que yace la Constitución de 1978 acompañada por la Transición que la engendró.

7 consideraciones sobre la crisis catalana - Pablo Iglesias Secretario General de Podemos

Del 135 al 155 o la contrarrevolución por arriba del bloque monárquico


España vive una crisis de régimen que tiene al menos tres dimensiones: la social (el empobrecimiento continuo de las clases populares, así como el deterioro del nivel de vida y las expectativas de los sectores medios); la institucional (la corrupción y el patrimonialismo de Estado del Partido Popular no es la excepción sino su regla de gobierno); y la territorial, sobre la que tratan estas consideraciones.

La crisis de régimen que vive nuestra patria la reconocen incluso las élites (políticas, económicas, mediáticas) que dirigieron el régimen del 78 y que mantienen una parte de su poder. La figura política más importante de nuestra historia política reciente, Felipe González, lo reconocía sin ambages en la recepción real del 12 de Octubre: «Soy un orgulloso representante del régimen del 78». Aquella recepción fue la imagen de una conjura monárquica para superar, mediante una restauración conservadora y centralista, la crisis española.

Pero lo que se mostró en aquella fiesta real (que no tuvieron a bien suspender tras la muerte de un trabajador de las Fuerzas Armadas que participó en el desfile) no fue un grupo cohesionado, coherente y capaz de diseñar una política de Estado exitosa.

Aunque en la foto del 12 de Octubre había mucho poder (político, militar, económico, etcétera), no había —ni de lejos— tanto como el que atesoraban las élites hace cuarenta años y, desde luego, allí había mucho menos talento de Estado.

Tras el discurso que pronunció Felipe VI el 4 de octubre, el bloque cohesionado de partidos, medios de comunicación y grandes empresas tiene enormes dificultades para llevar a cabo sus objetivos. El mismo hecho de que se les vea y se les perciba como «bloque» les debilita. Un proyecto de régimen que se precie necesita un Gobierno, pero también una oposición creíble como tal. Pero la oposición no fue a Palacio.

El acuerdo entre el PSOE y el PP que conllevó la reforma del artículo 135 de la Constitución española, y que supuso la subordinación del interés social a los intereses de los acreedores bancarios, representó la ruptura del pacto social en nuestro país. Hoy, el nuevo acuerdo entre el PP, el PSOE y la nueva extrema derecha que representa Ciudadanos implica de facto la ruptura del pacto territorial. El espíritu del 155 como política de vulneración de derechos y libertades democráticas no tiene por qué quedarse en Catalunya. De hecho, dirigentes del PP ya han amenazado con aplicar algo parecido en Euskadi y en Castilla-La Mancha (en esta región el PSOE gobierna con nosotros).

El bloque afín a la monarquía apenas maneja un errático proyecto de restauración que se sustenta en los siguientes pilares:

- Mantener al PP al frente del Gobierno todo el tiempo que sea necesario.

- Suspender el autogobierno en Catalunya, al tomar el control de todos los resortes institucionales catalanes —incluidos los medios de comunicación públicos— para convocar después elecciones en Catalunya (y probablemente volver a perderlas).

- Mantener a Unidos Podemos y a las confluencias lejos del Gobierno del Estado, aun a costa de sacrificar la posibilidad de que el PSOE vuelva a encabezar un gobierno en España.

El bloque monárquico tiene a su disposición todos los recursos coactivos para desarrollar su proyecto, pero carece —a diferencia de lo que ocurrió hace cuarenta años— de la capacidad política integradora imprescindible para que España sea viable como realidad política y territorial a medio y largo plazo.

1) Por qué estamos en contra de la aplicación del artículo 155 de la Constitución

La suspensión del autogobierno de Catalunya no solo hará saltar por los aires uno de los pactos cruciales de la Transición (la reinstauración de una institución republicana como la Generalitat, reconocida por la Constitución de 1978, fue la base del amplio apoyo social al texto constitucional en Catalunya), sino que es un ataque a los fundamentos mismos de la democracia española.

El diálogo sin condiciones que reclama la mayoría de la sociedad catalana y de la sociedad española (como señalan varias encuestas) es incompatible con una situación de administración colonial de Catalunya.

Que Rajoy y sus ministros se vayan a convertir de facto en president y Govern de la Generalitat (cuando el PP no alcanzó el 8,5% de los votos en las últimas elecciones celebradas en Catalunya) es simplemente un despropósito y una enorme torpeza política.

El nuevo Govern, con Rajoy, Zoido y Montoro a la cabeza, estará controlado solamente por el Senado, el cual está dominado por el PP con mayoría absoluta, gracias a una ley electoral antidemocrática y absurda.

El virrey Rajoy querrá administrar Catalunya y se encontrará resistencias que solo podrá afrontar con represión y más encarcelamientos.

Tarde o temprano tendrá que convocar elecciones y todo parece indicar que los partidos que apoyan el virreinato no mejorarán significativamente sus últimos resultados electorales.

2) Por qué estamos en contra de una declaración de independencia

El problema de una declaración de independencia no es tanto su ilegalidad (o su unilateralidad) como su ilegitimidad.

Las fuerzas políticas partidarias de la independencia obtuvieron el 47,8% de los votos (es decir, algo más de un tercio del censo electoral) en las elecciones de septiembre de 2015. Ese resultado, muy superior al del bloque monárquico (C’s-PSC-PP) y al nuestro, les da todo el derecho a gobernar Catalunya, pero no a declarar la independencia.

La movilización política del pasado 1 de octubre por parte de los partidarios del derecho a decidir fue imponente y épica, dadas las condiciones en las que se desarrolló. Es un hecho destacado que más de dos millones de ciudadanos catalanes expresaran su voluntad política. Pero, aun aceptando los datos ofrecidos por la Generalitat, es evidente que aquella movilización no reunió las condiciones y garantías de un referéndum que permita determinar la relación jurídica de Catalunya con el resto del Estado.

El 1 de octubre no se produjo solo una exhibición del poder de movilización del soberanismo, sino también la expresión de una voluntad mayoritaria de la sociedad catalana de decidir su futuro en las urnas y un ejemplo de movilización pacífica frente a la represión ordenada por el Gobierno. Ningún responsable político puede ignorar esto.

Pero, del mismo modo, no puede tampoco aceptarse que esa gran movilización social justifique la independencia de Catalunya.

3) Por qué defendemos un referéndum pactado

Un referéndum legal y pactado, además de ser una solución democrática, es la única solución que puede asegurar que Catalunya siga formando parte de España.

La incapacidad de dirección de Estado del bloque felipista se revela en su obcecación en no discutir la posibilidad de llevar a cabo un referéndum legal y con garantías. La clave del éxito de la Transición en relación con Catalunya fue pactar el autogobierno que, de hecho, condicionó el conjunto del modelo territorial de España. Hoy, la vía del 155 en Catalunya (que bien podría transformarse en la vía del 116 si el Gobierno se encuentra con resistencias ciudadanas) puede condicionar también una ofensiva reaccionaria en el conjunto del Estado.

Cuando el PP forzó que el Tribunal Constitucional (TC) hiciera saltar por los aires elEstatut (aprobado en el Parlament, en el Congreso de los Diputados y por el pueblo catalán en referéndum), también hizo saltar por los aires buena parte de las bases del pacto territorial que había hecho viable España como un Estado que integraba una territorialidad plurinacional compleja.

Las decisiones políticas tienen consecuencias. Puede afirmarse que si el PP hubiera respetado la voluntad popular de Catalunya, como hizo con la voluntad popular de Andalucía (algunos de los artículos del Estatut que el TC declaró inconstitucionales son idénticos a los artículos vigentes en otros Estatutos de Autonomía), hoy no sería necesario hacer un referéndum en Catalunya. Y, del mismo modo, como consecuencia de la decisión del PP y sus magistrados afines en el TC, hoy debemos afirmar que la celebración de un referéndum en Catalunya es imprescindible.

Numerosos constitucionalistas sostienen que realizar un referéndum es compatible con la Constitución y la ley; pero, si no fuera así, debemos asumir que en democracia las leyes deben adaptarse a las necesidades democráticas. Andalucía se ganó su derecho a ser reconocida como nacionalidad gracias a una movilización social masiva y al resultado de un referéndum que, sin embargo, no permitía con arreglo a la ley dar curso a la voluntad del pueblo andaluz. Y entonces los partidos cambiaron la ley para adaptarla a la decisión de la gente.

En cualquier caso, el referéndum no debería limitarse a dos opciones. La opción más deseada en Catalunya (según las encuestas) sería un nuevo encaje constitucional que reconociera a Catalunya como nación y profundizara su autogobierno.

Pensamos que la ciudadanía catalana tiene derecho a elegir también esta opción, al margen de las otras dos opciones: la independentista y la continuista.

4) El proyecto del bloque monárquico: España antes rota que con Unidos Podemos en el Gobierno

Desde el surgimiento de Podemos y su desarrollo junto a fuerzas políticas hermanas con las que confluimos y compartimos proyecto, las élites han movilizado todo su arsenal para evitar que pudiéramos formar parte del Gobierno del Estado.

Trataron de forzar el entendimiento entre PP, PSOE y C’s presionando incluso a Mariano Rajoy para que renunciara como candidato a la presidencia del Gobierno para facilitar así una gran coalición a tres. Rajoy resistió y el intento ulterior fue favorecer un Gobierno con un programa neoliberal acordado entre PSOE y C’s, siempre y cuando Podemos no participara en dicho Gobierno.

Las élites se opusieron con todas sus fuerzas a la posibilidad de entendimiento del PSOE con nosotros y las fuerzas políticas catalanas y vascas.

El propio Pedro Sánchez, horas después de ser obligado a dimitir como Secretario General del PSOE en 2016, reconoció en una entrevista con Jordi Évole que fue presionado, entre otros por César Alierta, así como por los jefes del diario El País y por la vieja guardia de su partido, para que no formase un Gobierno con nosotros.

Las élites saben que solo un Gobierno de coalición con Unidos Podemos hubiera podido pactar una salida democrática al problema catalán, pero nuestra presencia en el Gobierno habría implicado también cambios en el Estado que hubieran amenazado sus privilegios y a un entramado corrupto que, sin controlar el Estado, habría quedado expuesto a una acción de la Justicia sin interferencias por parte del poder político.

Antes que poner en riesgo sus privilegios y su impunidad, las élites decidieron arriesgar la integridad territorial de España.

5) La dirección del PSOE ha renunciado a encabezar un Gobierno

Tras fracasar en el intento de forzar la implosión interna de Podemos, los poderes oligárquicos fracasaron también en su intento de devolver al PSOE a su normalidad histórica.

La victoria de las bases del PSOE contra el aparato de su partido y contra los principales poderes mediáticos del país se basó en tres pilares: plurinacionalidad, mayor cercanía a Podemos y una oposición real al PP en la que no se descartaba la moción de censura.

Al arrojar por la borda las tres claves de su victoria, el nuevo Secretario General del PSOE, Pedro Sánchez, no solamente ha colocado al PSC en una posición imposible y ha debilitado a los sectores de su partido que le hicieron ganar, sino que ha vuelto a empoderar a sus adversarios internos, que nunca lo aceptarán como a uno de los suyos. Mil veces nos contaron el fin de los asesinos de Viriato y mil veces la historia se repite.

La victoria de Pedro Sánchez despertó una ola de ilusión en España, tanto en los votantes socialistas como en los nuestros, que veían en esa victoria de las bases un horizonte de Gobierno conjunto y la posibilidad de llevar a cabo avances sociales históricos y de resolver democráticamente el conflicto catalán. Apoyando al PP y apuntalando el bloque felipista, el PSOE ha renunciado a liderar un Gobierno de cambio en el Estado.

6) España será plurinacional o no será

El problema histórico de los monárquicos es que jamás entendieron España, a la que solo supieron dominar y someter. Nunca fueron capaces, salvo cuando la presión democrática les obligó, de utilizar el Estado para hacer de nuestra riqueza plurinacional un proyecto patriótico.

Las experiencias monárquicas de Estado durante los siglos XIX y XX configuraron una visión estrecha, uninacional y autoritaria de la realidad española. Para los partidarios de la monarquía, asociar la palabra «nación» en el territorio del Estado a algo diferente a España era algo inaceptable. Por ello, siempre identifican el Estado con la monarquía. Y España es mucho más que la monarquía y, además, está llamada a sobrevivir a ella.

Uno de los primeros elementos de ruptura con el franquismo durante la Transición fue la restauración de la Generalitat, con el retorno del president Tarradellas antes de que España se dotase de la actual Constitución. Con ello se reconocía que Catalunya se organizaba según un orden político propio, que es lo que en estos días se está rompiendo. Eso también fue evidente en Euskadi, donde no se reconoció la Constitución hasta que se garantizó la actualización de sus fueros. Las nacionalidades históricas se reconocen, precisamente, en el hecho de poseer instituciones propias que no derivan de la Constitución de 1978.

A partir de 1982, el modelo de Estado de las autonomías funcionó gracias a la estabilidad brindada por los grandes partidos nacionalistas catalán (CiU) y vasco (PNV). Sin embargo, en los últimos diez años, al tiempo que la crisis económica debilitó el proyecto de la Unión Europea, la estabilidad del régimen del 78 se rompió por dos flancos: el que abrió el 15M y el que abrió el proceso soberanista en Catalunya tras la sentencia del TC sobre el Estatut.

España y Catalunya afrontan hoy la realidad de su historia, de sus relaciones y de la carencia de una solución democrática pactada.

Para nosotros y nosotras, la solución es celebrar un referéndum legal y pactado que presente como opción una relación libre entre pueblos, para repartir de forma adecuada los beneficios y las cargas de pertenecer a un único Estado.

7) Tenemos un proyecto social y soberano para Catalunya y España

No se puede entender España desde la homogeneidad, sino desde la heterogeneidad y la fraternidad.

Me enorgullece como demócrata que Catalunya haya sido siempre una pieza crucial del cambio político en España y me indigna como español que la estrategia negacionista hacia el problema catalán por parte de las élites centrales pretenda impedir que Catalunya ayude a la formación de una nueva España.

No aceptamos el chantaje que busca considerar a los progresistas catalanes como apestados, para impedir así que formen una alianza con las fuerzas progresistas españolas y, si nuestra opción triunfa en el referéndum, les seguiremos emplazando a construir España y Catalunya con nosotros.

Hoy la crisis en Catalunya requiere pensar fórmulas, federales o confederales, para afrontar la plurinacionalidad de España como vínculo emocional y afectivo basado en el reconocimiento de las plurales tradiciones de sus pueblos.

La aplicación del 155 no es una iniciativa aislada. Forma parte de una estrategia autoritaria de recentralización, que amenaza la viabilidad de los Estatutos de Autonomía y que impide que los pueblos se doten de las herramientas adecuadas para garantizar su existencia histórica, tanto en el campo económico, fiscal, hacendístico, cultural, lingüístico como en el de reconocimiento internacional.

Es necesario defender España asumiendo el derecho del pueblo catalán a decidir su futuro en un referéndum y, a partir de ahí, discutir en Catalunya y en España un modelo de Estado plurinacional que no solo reconozca a Catalunya como nación, sino que apueste por una configuración estatal que acepte de una vez la realidad plurinacional de nuestra patria y construya un proyecto de país asociado a la justicia social y a la soberanía popular.

España cuenta con una reserva democrática de valor incalculable, un espíritu republicano que debe dejar de ser una nostalgia asociada a símbolos del siglo XX para acompañar el impulso constituyente que inició el 15M.

El espíritu constituyente del 15M debe impulsar la nueva España a la que aspiramos; social, republicana y plurinacional.

PENSAMIENTO CRÍTICO - VICENÇ NAVARRO



Por qué las derechas y muchas izquierdas españolas no entienden o no quieren entender lo que pasa en Catalunya.

Una de las razones que se dan con mayor frecuencia en círculos del establishment político-mediático español para explicar el crecimiento del independentismo en Catalunya es que la mayoría de la población catalana ha sido sujeta a un lavado de cerebro durante la mayoría de los años de gobierno en Catalunya por partidos nacionalistas catalanistas, lo que explica su creciente deseo de separarse del resto de España, deseo que sería fruto de su supuesto adoctrinamiento en un sentimiento anti-español. Ha habido voces, predominantemente de la derecha catalana, de orientación conservadora y/o neoliberal, que han ayudado a que se creara esta percepción a través de mensajes y eslóganes como “España nos roba”, con los que han contribuido a la extensión en España de tal lectura de lo que está ocurriendo en Catalunya. Las declaraciones en La Sexta Noche del que fue presidente de la Comunidad de Castilla-La Mancha, y Ministro de Defensa durante el gobierno del PSOE (dirigido por el Sr. Zapatero), el Sr. José Bono, son un caso claro de este pensamiento dominante que atribuye lo que pasa en Catalunya a una manipulación de los sistemas públicos de información y de las instituciones públicas de reproducción de valores por parte de los partidos gobernantes en la Generalitat de Catalunya.

Sin negar la instrumentalización de tales medios por los gobiernos Pujol, Mas y Puigdemont (que yo he criticado extensamente), que se presenta incluso con mayor intensidad en las otras comunidades autónomas de España (donde los medios de información están también instrumentalizadas por los partidos gobernantes), tal hecho es insuficiente para explicar el creciente deseo que existe entre grandes sectores de la población catalana de separarse de España. Dicha manipulación de los medios de información por parte de los gobiernos nacionalistas catalanistas de la Generalitat de Catalunya ha sido constante durante más de treinta años de mandato y, sin embargo, el crecimiento del independentismo se ha dado solo recientemente y de una manera muy rápida, y muy en especial, desde que el Tribunal Constitucional del Estado español rechazó elementos muy importantes del Estatut propuesto por el gobierno catalán tripartito presidido por el socialista Pasqual Maragall (durante los pocos años que Catalunya ha estado gobernada por las izquierdas), y que fue aprobado por el Parlament, por las Cortes Españolas y refrendado, más tarde, por el pueblo de Catalunya.

Las causas verdaderas del crecimiento del independentismo en Catalunya: el nacionalismo uninacional del Estado español Borbónico y del establishment político-mediático español

El hecho de que las derechas y muchas izquierdas españolas asignen la responsabilidad de tal crecimiento a las políticas informativas y educativas del gobierno catalán, se debe a su deseo de negar cualquier responsabilidad del Estado español en el crecimiento del independentismo, que es precisamente la causa mayor del aumento en grandes sectores de la población catalana del deseo de separarse de España. La causa de este crecimiento no se encuentra, pues, en Catalunya, sino primordialmente en las políticas públicas del Estado central basado en la capital del Reino (que tiene poco que ver con el Madrid popular), centro del nacionalismo españolista, que es la primera y más importante causa de aquel crecimiento. Debería ser obvio que para entender qué pasa en Catalunya hay que conocer el pasado oculto (olvidado deliberadamente en la historia oficial del país) y el presente sesgadamente mostrado por el establishment político-mediático del país, del cual el Sr. Bono es representativo. Hoy tal nacionalismo uninacional, cuya máxima expresión fue la dictadura franquista que existió en España durante cuarenta años y cuya cultura ha permanecido en la democracia que le siguió, y que pervive como consecuencia de que la transición (mal llamada modélica) de la dictadura a la democracia no fue una ruptura con el Estado anterior, sino una apertura para poder incorporar elementos de democracia que le permitieran entrar en la Unión Europea, elementos que eran muy insuficientes para poder homologar la democracia existente en España a la de la mayoría de los países de dicha comunidad político-administrativa.

El nacionalismo uninacional españolista que no se define como nacionalismo

El Estado español ha sido siempre el máximo instrumento de ese nacionalismo españolista, vehiculado por la Monarquía Borbónica. Esta visión uninacional es también dominante en la intelectualidad española. Y es tan poderosa y tan generalizada que los autores que la reproducen ni siquiera son conscientes de ello. Es característico de cualquier discurso dominante discriminatorio que el que lo reproduce ni se dé cuenta de ello. En una cultura machista, por ejemplo, las expresiones machistas que se utilizan en el lenguaje ni siquiera son reconocidas como tales por las personas que las utilizan, pues ni siquiera son conscientes de ello. Tales términos están tan integrados en el lenguaje y manera de pensar dominante que ni siquiera son considerados ideológicos: se consideran como un lenguaje neutral, razonable y/o lógico. Lo mismo ocurre, pues, con el nacionalismo españolista, que ni siquiera se considera nacionalismo. Dicho término, “nacionalismo”, se utiliza para definir a los nacionalismos periféricos como el catalán, el vasco o el gallego. Pero nunca para definir el nacionalismo españolista. Oír a un Vargas Llosa, o a un Fernando Sabater o a un José Bono diciendo que los nacionalismos son malos, definiendo como tales solo a los periféricos, sin reconocer que ellos son, a su vez, profundamente nacionalistas, imponiendo su nacionalismo a todos los demás, es característico de lo que ocurre hoy en España. Todos ellos han publicado artículos o hecho declaraciones demonizando a los nacionalismos periféricos con argumentos típicos del nacionalismo españolista, acentuando la uninacionalidad de España, mensajes transmitidos en El País y otros medios del establishment político-mediático del Estado borbónico.

Este nacionalismo uninacional fue impuesto a sangre y fuego en Catalunya durante la Guerra Civil. No se quiere reconocer que, por ejemplo, el idioma catalán fue prohibido por los ocupantes de Catalunya (solo tolerado en el ambiente familiar), permitiéndose hablar solo “la lengua del imperio”, como se definió al castellano. El fascismo, máxima expresión del nacionalismo españolista, significó una opresión no solo de clase social, sino también de nación. Esto último nunca se reconoce o admite, y se olvida deliberadamente su enorme brutalidad, que incluso sorprendió a dirigentes del nazismo alemán y del fascismo italiano, de visita a Barcelona durante la ocupación (ver el capítulo X, “La llarga nit del franquisme”, en Josep Fontana, La formació d’una identitat. Una historia de Catalunya). El terror fue una táctica impuesta por los golpistas que interrumpieron un sistema democrático republicano, pues las fuerzas ocupantes del nacionalismo españolista sabían que tenían a la mayoría de la población en contra. 

La imposición del nacionalismo uninacional españolista

En Catalunya hubo un intento de genocidio cultural, hecho desconocido, ignorado, ocultado o ninguneado por el nacionalismo españolista. Hubo una represión brutal que se sumó al terror extendido a lo largo de toda España, impuesto por las oligarquías y élites de la estructura de poder en contra de la mayoría de las clases populares, terror causado por las mismas minorías que actuaron en contra de la cultura catalana. De ahí que las izquierdas catalanas siempre defendieran que la lucha por la liberación de las clases populares y de la nación catalana eran la misma, hecho que incluso la derecha nacionalista catalana dirigida por el Sr. Pujol tuvo que reconocer.

En España la gran influencia del nacionalismo españolista explica que cualquier defensa de la identidad catalana y de la plurinacionalidad del Estado haya sido vista siempre como secesionismo. La marginación de Pasqual Maragall, presidente socialista de la Generalitat de Catalunya, por parte de la dirección del PSOE bajo el mandato del presidente Zapatero y su equipo, incluyendo a su Ministro de Defensa, el Sr. Bono, debido a su intento de recuperar los derechos de Catalunya como nación, ejemplifica dicha influencia. El ministro Bono lo acusó de simpatías secesionistas. En realidad, el reconocimiento de Catalunya nunca respondió a un objetivo secesionista. Fue un reconocimiento profundamente solidario y basado en una visión plurinacional, con un claro compromiso por la justicia social y la democracia para toda España. Fue el presidente Companys (que fue director de una revista titulada Nueva España) el que murió fusilado por secesionista por las “tropas nacionales” golpistas. Companys invitó a las fuerzas progresistas españolas (entre las cuales él era sumamente popular) a que asentaran sus bases en Catalunya para poder resistir la situación que estaba sufriendo España. En Catalunya el independentismo solo ha surgido cuando la plurinacionalidad del Estado no ha sido aceptada por el Estado central. Y el caso actual es un ejemplo de ello.

Los símbolos borbónicos nunca han sido populares en Catalunya 

La enorme brutalidad con la que el nacionalismo españolista se impuso en Catalunya explica, por ejemplo, que la bandera borbónica española, máxima expresión de tal nacionalismo, nunca haya sido muy popular en en este territorio, hecho que es presentado maliciosamente por el nacionalismo españolista como el reflejo de un sentimiento anti-España, sentimiento que en realidad no existe en Catalunya. Hay que entender que cuando las tropas golpistas –que se llamaban a sí mismas los “nacionales” (que se caracterizaron por una enorme brutalidad y represión)- ocuparon Catalunya, lo hicieron enarbolando la bandera borbónica y tocando la Marcha Real como himno nacional. ¿Cómo quiere el establishment político-mediático que tales símbolos sean populares en Catalunya? ¿No se dan cuenta de que la gente tiene memoria? En Catalunya la bandera rojigualda ha sido popular solo en los barrios pudientes, donde tal bandera representaba a aquellos que recuperaron sus intereses. Pero, a nivel de calle, la bandera española era la republicana, bandera que, junto con la senyera en Catalunya, llevaban los soldados que defendían el sistema democrático en el frente. Miles de catalanes tienen en su tumba la senyera y la bandera española, que era, y emotivamente continúa siendo, la republicana.

Y lo que es de gran interés es que en las últimas manifestaciones, como la del 3 de octubre, además de muchísimas esteladas (la bandera independentista) había también, por parte de los que se sentían españoles y estaban en contra del Estado español borbónico, la bandera republicana (además de la senyera). La bandera española para las personas catalanas con memoria es la bandera republicana, la bandera de los que lucharon por otra España. Es indicador de bajeza y mezquindad, así como de fanatismo nacionalista españolista, que en el homenaje a los que lucharon por la República, el Sr. Bono, presidente de las Cortes Españolas, no les dejara llevar tal bandera. Y otro indicador de la bajeza moral de tal personaje es que manipulara en la entrevista que se le hizo en La Sexta las declaraciones que hace años hizo Pablo Iglesias, cuando este expresó no sentirse representado por la bandera borbónica española, a lo cual Bono indicó que, por lo visto, el Sr. Iglesias habría preferido la bandera de Afganistán (sí, dijo Afganistán. Venezuela no había aparecido todavía en su imaginario). No se le ocurrió al Sr. Bono que para miles de españoles de distinta procedencia familiar a la suya (procede de una familia falangista), emotivamente su bandera española es la republicana. En realidad, sería de desear que en la medida que exista un mayor rechazo a la Monarquía, se utilizaran extensamente los símbolos republicanos.

La crítica del supuesto victimismo en Catalunya

Otra característica del establishment político-mediático español es acusar al nacionalismo catalán de victimismo, presentándolo como si sufriera un complejo un tanto paranoico de ser víctima en esta relación, infundado según ellos, pues Catalunya siempre ha recibido un trato preferencial por parte del Estado español. Un análisis objetivo de lo que ocurrió con el Estatut del 2006 (cuyo veto en partes esenciales por parte del Tribunal Constitucional inició el crecimiento del independentismo) muestra la falsedad de dicha acusación. Una persona, no sospechosa de simpatías secesionistas, como Josep Borrell, que fue Presidente del Parlamento Europeo y Ministro en el gobierno PSOE presidido por Felipe González, ha hecho una breve lista de los agravios y ofensas a Catalunya. En 2005, el gobierno de izquierdas del tripartito, liderado por el socialista Pasqual Maragall, propuso un Estatut que redefiniera la relación del gobierno de la Generalitat con el Estado español, proponiendo, entre otros elementos, el reconocimiento de Catalunya como una nación dentro de un Estado plurinacional. Tal Estatut, como indiqué antes, fue aprobado por el Parlament de Catalunya, más tarde (modificado) aprobado por las Cortes Españolas, y por último, aprobado por el pueblo catalán en un referéndum. Ahora bien, todo este proceso acumulativo de decisiones tomadas por distintas soberanías fue completamente ignorado. Borrell señala que elementos importantes de tal Estatut fueron vetados por el Tribunal Constitucional, controlado por el PP, en un hecho que el catedrático Javier Pérez Royo ha definido como un golpe de Estado, saltándose todo tipo de soberanías debido a intereses partidistas. Y para mayor ofensa, se eliminaron elementos, como señala también Borrell, que ya habían sido aprobados en otras Comunidades Autonómicas, como es Andalucía. ¿Dónde está la paranoia?

Otro ejemplo citado por Josep Borrell es el constante silencio a las continuas peticiones de que se respete el concepto de ordinalidad, que no es una demanda insolidaria con otras CCAA, sino un deseo de que la aceptada solidaridad no revierta negativamente en el potencial de desarrollo de la autonomía catalana, un principio aceptado en muchos países de configuración semejante a la española.

Añade Borrell como promesas incumplidas el ofrecer 4.200 millones de euros en inversiones para acelerar el corredor mediterráneo, inversión que nunca apareció en los Presupuestos Generales del Estado. En realidad, el diseño de este corredor mediterráneo ha alcanzado en ocasiones, tal como señala de nuevo Josep Borrell, dimensiones absurdas, como fue la propuesta apoyada por la presidenta de Andalucía, la Sra. Susana Díaz, de que tal corredor pasara por Madrid.

Ni que decir tiene que el mundo independentista ha basado su argumentario en esta discriminación, exagerándola en algunos componentes, como hacer constante referencia a un supuesto déficit fiscal (que definen como robo) de nada menos que 16.000 millones de euros, aproximadamente un 8% del PIB, cifra que es muy superior a la real, que es de 4.000 millones de euros. Estas exageraciones son innecesarias, pues la realidad en sí ya muestra una situación que es intolerable; ahora bien, al caer en la exageración se pierde la credibilidad, que siempre es necesaria en un tema que fácilmente hiere las sensibilidades. Borrell admite que la situación actual sostiene muchas injusticias, concluyendo que hay cambios necesarios que deberían hacerse. La negación de esta realidad tan obvia y tan olvidada es una constante en el establishment político-mediático español.

Y esta actitud es constante. ¿Cómo puede interpretarse una movilización de homenaje a la Policía Nacional y a la Guardia Civil, causantes de 900 víctimas en su actuación del 1 de Octubre que necesitaron asistencia médica, sino como un acto de nacionalismo españolista, pues estos cuerpos de seguridad actuaron como instrumentos del Estado español para imponer su ley? Y nadie en tal cuerpo pidió disculpas por el daño causado. ¿No se dan cuenta de que tal homenaje contribuye a ofender a un gran número de catalanes?

El excesivo énfasis en la necesidad de respetar a Ley –otro de los argumentos más utilizados por el nacionalismo uninacional español- ignora que la Ley –como la Constitución- estuvo escrita en el momento de la transición por los poderosos en una situación claramente desequilibrada y desigual, donde los vencedores de la Guerra Civil (que controlaban el aparato del Estado y la mayoría de los medios de comunicación) tenían todo el poder, y los vencidos de tal conflicto tenían escaso poder (recién salidos de la cárcel, del exilio o de la clandestinidad). La continua referencia a respetar la Ley es el mensaje de aquellos que quieren continuar con tal desequilibrio en las relaciones de poder. Es una mera excusa para defender el estatus quo.

Y en cuanto al argumento de que la aprobación de la Constitución por parte de la población española legitimó que se considerara como el punto de referencia de todos los demócratas hay que señalar que tal argumento ignora que las dos alternativas posibles que se presentaron a la población fueron o bien inaugurar la democracia (reflejada en la Constitución) o continuar en la dictadura. Entre tales opciones era claro que la población eligiera la primera alternativa sobre la segunda. En realidad, el hecho de que Catalunya fuera la Comunidad donde la aprobación de la Constitución fue mayor se debió, no tanto al entusiasmo por la Constitución, sino por el gran rechazo a la dictadura. Aprobar tal referéndum fue la única salida a tal situación intolerable.

Nota final

Es hoy muy difícil para aquellos catalanes que nos sentimos también españoles promover posturas alternativas al secesionismo, pues la imagen que hoy viene de España es muy poco atrayente. Y es ahí donde es sumamente positivo que estén apareciendo a lo largo del territorio español unas nuevas fuerzas progresistas que tienen una visión plurinacional, pues son ellas las únicas que podrían salvar a España, pues la represión y constante ofensa de Catalunya por parte del Estado español ya casi ha conseguido lo que el independentismo ha deseado: el rechazo tan notable en grandes sectores de la sociedad catalana hacia el Estado español y hacia España (facilitado esto último por el silencio y apatía hacia tal discriminación, que ha mostrado gran parte del establishment político-intelectual español). Hoy hace más falta que nunca acentuar que hay otra España posible, plurinacional y republicana, en la que la nueva Catalunya pueda ser parte de ella. La continuación del constante dominio del Estado borbónica actual ha conducido al secesionismo emocional de grandes sectores del pueblo catalán.



OCTUBRE 18, 2017
Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra

martes, 17 de octubre de 2017

La vergüenza de este país y los miserables que la han hundido en la mierda



EL LISTADO DE LA VERGÜENZA ESPAÑOLA... SEGURO QUE FALTAN UN MONTÓN.


-Caso Ámbito Partido Empresas
-Caso AVE Nacional Partido  
 Socialista Obrero Español Atacir Siemens
-Caso Acuamed Nacional  
 Partido Popular Acuamed
-Caso Almenas puebla de 
 almenara Partido Socialista  
 Obrero Español Varias
-Caso Andratx Baleares Partido Popular
-Caso Arcos Andalucía Partido Socialista Obrero Español
-Caso Arona Canarias Coalición Canaria
-Caso Arroyo Castilla y León Partido Popular Mahía
-Caso Astapa Andalucía Partido Socialista Obrero Español
-Caso Atlético Comunidad de Madrid
-Caso Baltar Galicia Partido Popular
-Caso Banca Catalana Cataluña Convergència i Unió
-Caso Bankia Partido Popular Bankia
-Banco Financiero y de Ahorro
-Caso Berzosa Comunidad de Madrid
-Caso Bitel-2 Baleares
-Caso Bomsai Baleares
-Caso Bon Sosec Baleares Partido Popular
-Caso Brugal Comunidad Valenciana Partido Popular
-Caso Bárcenas Nacional Partido Popular
-Caso CAM Comunidad de Madrid
-Caso CCM Castilla-La Mancha Partido Socialista Obrero Español
-Caso Camisetas Comunidad de Madrid
-Caso Campeón Galicia Partido Socialista Obrero Español
-Caso Conde Roa Galicia
-Caso Cooperación Comunidad Valenciana Partit Popular de la Comunitat Valenciana
-Caso Corredor Coalición Canaria
-Caso De Miguel País Vasco Partido Nacionalista Vasco
-Caso Dívar Nacional Presidente CGPJ
-Caso Egües Navarra Unión del Pueblo Navarro
-Caso El Trompo Canarias Coalición Canaria
-Caso Emarsa Comunidad Valenciana
-Caso Emperador Internacional (España-China) Gold City
-Caso Enredadera Ministerio de Fomento.Adif
-Diputación Andalucia, Canarias Extremadura PSOE.PP.IU Fitonovo
-Caso Epsilon País Vasco Partido Nacionalista Vasco
-Caso Fabra Comunidad Valenciana Partit Popular de la Comunitat Valenciana
-Caso Faycán Canarias Partido Popular
-Caso Filesa Nacional Partido Socialista Obrero Español
-Caso Flick Nacional Partido Socialista Obrero Español
-Caso Forcem Nacional Lista de sindicatos
-Caso Funeraria Baleares Partido Popular
-Caso Guateque Comunidad Valenciana
-Caso Guerra Andalucía Partido Socialista Obrero Español
-Caso Gürtel Comunidad de Madrid - China Partido Popular Teconsa
-Caso Harrag Murcia Partido Socialista Obrero Español Funcionario Ayuntamiento
-Caso Hügel Comunidad de Madrid Partido Popular
-Caso ITV Cataluña Convergència Democràtica de Catalunya
-Caso Ibatur/Pasarela Baleares Partido Popular
-Caso Ibiza Centre IBIZA Partit dels Socialistes de les Illes Balears
-Caso Imelsa Valencia Partido Popular Impulso Económico Local (IMELSA)
-Caso Innova
-Caso Interligare Nacional Partido Socialista Obrero Español
-Caso La Fabriquilla Roquetas del Mar Partido Popular
-Caso Las Teresitas Canarias Coalición Canaria
-Caso Lasarte Castilla y León Partido Socialista Obrero Español
-Caso Lezo Partido Popular Madrid
-Caso Lifeblood Canarias
-Caso Limusa Murcia Partido Socialista Obrero Español
-Caso Malaya Andalucía Unión Cordobesa
-Caso Marchelo Alhendín
-Caso Marea Asturias Partido Socialista Obrero Español
-Caso Margüello País Vasco Partido Socialista de Euskadi-Euskadiko Ezkerra
-Caso Matsa Andalucía Partido Socialista Obrero Español
-Caso Mercasevilla Andalucía (Sevilla) Ex militante de la agrupación Macarena del PSOE
-Caso Mercurio Cataluña Partit dels Socialistes de Catalunya
-Caso Millet Cataluña
-Caso Miñano País Vasco Partido Nacionalista Vasco
-Caso Método 3 Cataluña Ninguno Método 3
-Caso Naseiro Comunidad Valenciana Partido Popular
-Caso Nueva Rumasa
-Caso Nóos Baleares Aizoon
 Nóos Consultoría Estratégica
 De Goes Center Stakeholder Management Enveitg XXI
 Fundación Deporte
 Cultura e Integración Social
 Fundación Illesport
 Intuit Strategy Innovation Lab
 Numa Capital
 Shiriaimasu
 Torres-Tejeiro Consultoría Estratégica
 Virtual Strategies
-Caso Orquesta Galicia
-Caso Over Marketing Baleares
-Caso Palau Cataluña Convergència Democràtica de Catalunya
-Caso Pallerols Cataluña Unió Democràtica de Catalunya
-Caso Palma Arena Baleares Partido Popular
-Caso Parques Eólicos Canarias Partido Popular
-Caso Peaje Baleares Unió Mallorquina
-Caso Picnic Baleares Unió Mallorquina
-Caso Pitiusa Baleares
-Caso PlaZa Aragón (Zaragoza) Partido Socialista Obrero Español
-Caso Plan Territorial Baleares
-Caso Plaold País Vasco Partido Socialista de Euskadi-Euskadiko Ezkerra
-Caso Plasenzuela Extremadura Partido Socialista Obrero Español
-Caso Pokémon Galicia Partido Popular
-Caso Poniente Andalucía Partido Socialista Obrero Español Partido de Almería
-Caso Port Vell Barcelona Convergència i Unió Salamanca Group
-Caso Porto Comunidad de Madrid Partido Popular
-Caso Pretoria Cataluña Partit dels Socialistes de Catalunya Unió Democràtica de   Catalunya
-Caso Rasputín Baleares Partido Popular
-Caso Riopedre Asturias Partido Socialista Obrero Español
-Caso Rumasa
-Caso Rus Comunidad Valenciana Partido Popular
-Caso Salmón Canarias Partido Popular
-Caso Sanlúcar Andalucía Partido Socialista Obrero Español
-Caso Santa Cruz de Paniagua Ayuntamiento de Santa Cruz de Paniagua 
 Partido Socialista  Obrero Español Autocares Cervigón
-Caso Scala/Cola Cao Baleares
-Caso Seat Nacional Partido Socialista Obrero Español
-Caso Tabacalera
-Caso Terán Andalucía Partido Socialista Obrero Español
-Caso Torres de Calatrava Comunidad Valenciana
-Caso Totem Murcia Partido Popular
-Caso Treball Cataluña Unió Democràtica de Catalunya
-Caso Troya Andalucía Partido Popular
-Caso Turismo Joven Baleares
-Caso Túnel de Sóller Baleares Partido Popular
-Caso Umbra Murcia Partido Popular
-Caso Unión Canarias PNL-NC (Partido Nacionalista de Lanzarote - Nueva Canarias)
-Caso Zambrana País Vasco Partido Nacionalista Vasco
-Caso Zamora Castilla y León Partido Popular
-Caso de la Ciudad del Golf Castilla y León Partido Popular
-Caso de la Construcción
-Caso de la rotonda de Armilla Andalucía Partido Socialista Obrero Español Ayuntamiento 
 Armilla
-Caso de los ERE en Andalucía Andalucía Partido Socialista Obrero Español
-Caso de los cursos de formación Andalucía Partido Socialista Obrero Español
-Caso del Lino Castilla-La Mancha Partido Popular
-Caso facturas Comunidad Valenciana Partido Popular
-Caso nevada Andalucía Partido Socialista Obrero Español General de Galerías 
 Comerciales
-Caso vertidos Armilla Andalucía Partido Socialista Obrero Español Ayuntamiento Armilla Luxembourg Leaks Luxemburgo
-Operación EDUende Andalucía Partido Socialista Obrero Español
-Operación Edu Costa
-Operación Madeja
-Operación Molinos Aragón (La Muela (Zaragoza)) PAR - Partido Aragones
-Operación Pulpo Partido Socialista Obrero Español
-Operación Púnica
-Operación Taula Comunidad Valenciana Partido Popular
-Plan Rabasa Partido Popular
-Trama Zeta Partido Popular

-Caso ASTAPA. El eterno olvidado de la Costa del Sol, paralelo a Malaya. Más de diez 
 años de ''instrucción'' y seis jueces.
-La trama de pederastia y pedofilia en el gobierno, el estado, la iglesia, la aristocracia...  
 España es un basurero de desperdicios humanos. 
-Atacir
-Siemens Caso AVE Nacional
-Acuamed Caso Acuamed Nacional
-Mahía Caso Arroyo Castilla y León
-Bankia
-Banco Financiero y de Ahorro Caso Bankia
-Gold City Caso Emperador Internacional (España-China)
-Fitonovo Caso Madeja o Enredadera Ministerio de Fomento.Adif
-Diputación Andalucia, Canarias,Extremadura
-Teconsa Caso Gürtel Comunidad de Madrid - China
-Funcionario Ayuntamiento A.M.H.M Murcia
-Impulso Económico Local (IMELSA) Caso Imelsa Valencia
-Método 3 José Pérez Cataluña
-Aizoon
-Nóos Consultoría Estratégica
-De Goes Center Stakeholder Management
-Enveitg XXI
-Fundación Deporte
-Cultura e Integración Social
-Fundación Illesport
-Intuit Strategy Innovation Lab
-Numa Capital
-Shiriaimasu
-Torres-Tejeiro Consultoría Estratégica
-Virtual Strategies Caso Nóos Baleares
-Salamanca Group Caso Port Vell Barcelona
-Autocares Cervigón Caso Santa Cruz de Paniagua Ayuntamiento de Santa Cruz de  

 Paniagua
-Ayuntamiento Armilla Caso de la rontonda de Armilla Andalucía
-General de Galerías Comerciales Caso Nevada Andalucía
-Ayuntamiento Armilla Caso Vertidos Tóxicos Armilla Andalucía
-Sospechamos que esta lista está incompleta. ¿Nos ayudas a completarla?
-Caso MESSI
-Caso Emperador‎
-Caso cristiano Neymar (Fútbol Club Barcelona)[1][2]
-Caso Nueva Rumasa‎
-Caso Rumasa‎
-Caso Tabacalera‎
-Caso Banesto
-Caso Brokerval
-Caso Urbanor
-Caso Gescartera
-Operación Hidalgo
-Operación Saga
-Caso Habichuela
-Caso Noos
-Caso Opera (PP Melilla)
-Caso ERES
-Caso Bankia: CCOO, UGT
-Caso CAM : CCOO , UGT


Las grandes fortunas españolas ocultan en paraísos fiscales el 12% del PIB.
Según un estudio pionero con datos de la década de los 2000, España es uno de los tres países europeos donde la evasión de capital provoca más desigualdad.

SEGUIR COLGANDO BANDERAS EN LOS BALCONES Y ENTONANDO EL OÉ, OÉ, OÉ.

Este país - Pere Ll. Mataró

Este país lo han echado a perder los corruptos y los “españoles” que les hacen la ola a ritmo del oé, oé, oé. 
Los que piden justicia a gritos gritando “cárcel” para los golpistas catalanes por el hecho de reivindicar pacíficamente lo que esta España viene negándole a Cataluña desde hace mucho tiempo.

Estos de la casta españolaza de los toros, la peineta, del yugo y las flechas y la bandera del aguilucho, estuvieron llamando dictadura a Venezuela y ahora toda la prensa mundial dice que España es una dictadura fascista. 

Este país, donde la justicia amigista del poder aplica un delito de sedición a civiles desarmados, que eran los que llevaban los altavoces y el equipo de sonido, mete en la cárcel a jueces que osan investigar y denunciar delitos de corrupción, titiriteros y tuiteros que cuelgan chistes de dictadores, mientras dejan en libertad a todos los imputados del partido que nos mal gobierna, a los que lo financian, a la infanta y a su marido, miembros de una realeza corrupta e impuesta por el régimen de Franco, a los que financian con nuestro dinero y a fondo perdido, esos bancos de las tarjetas black, las preferentes, los Blesa y los Rato.

El mismo país de democracia bananera, que se saca de la chistera amnistías fiscales anticonstitucionales, para los amigos que defraudan al país, llevándose la pasta a paraísos fiscales.

Esta España que mira hacia otro lado cuando apalean a gente pacifica sin importarles la edad y aceptan la represión infundada mientras aplauden este despropósito, justificando el gran despliegue de fuerzas de “seguridad del estado para apalear a quien quiere votar libremente, o a quien protesta por un muro como es el caso de lo que está ocurriendo en Murcia. Esa España que ahora no manda efectivos a Galicia cuando esta se quema, que se quema porque en su día privatizaron los servicios de extinción de incendios para enriquecer a los amiguetes que financian a la mitad de la Xunta y cada una de las cuatro diputaciones, demuestra que desprecia a su ciudadanía, les importamos una mierda.

Esta España que alimenta el odio y se cruza de brazos ante la proliferación de movimientos fascistas en nuestras calles. Este país que lapida nuestro dinero, el de nuestras pensiones y el de nuestros servicios públicos, el del futuro de nuestros hijos, a la vez que se enriquece y se asegura el futuro de los suyos con sueldazos, dietas y vitalicias escandalosas.

Este país que no permite que enterremos como corresponde a nuestros asesinados en las cunetas y que no ha pedido perdón por la barbarie cometida durante la guerra civil, al igual que en su día pidió Alemania por el holocausto de la II Guerra mundial. 

Este país que usa a Cataluña para tapar su corrupción y su incompetencia, y que encima sacara un rédito político en forma de voto de los analfabetos políticos que entonan el viva España de Manolo Escobar a la vez que gritan que se aplique el articulo 155

Este país de políticos vividores, manipuladores, ladrones, embaucadores, disfrazados de demócratas, de falsas izquierdas, esperpentos que han hecho de la política su negocio para expoliar nuestras arcas públicas y que nos dan una y otra vez por el culo... 

Este país me da mucha vergüenza a la vez que me repugnan los que lo han prostituido y siguen abusando de sus gentes.






domingo, 8 de octubre de 2017

Volver a fusilar a Lorca. - Juan Carlos Monedero

Miro a España y no siempre la veo. En 1925, después de un homenaje en un restaurante en Barcelona, Lorca firmó en un libro: “Presidiario en potencia. Visca Catalunya lliure!». Primo de Rivera, el primer dictador de nuestro siglo, había prohibido cantar en catalán. Lorca, español hasta en los lunares de la cara, se indignó por la prohibición y su espíritu libre puso el cuerpo contra la represión ( a él no le dejaban estrenar Mariana Pineda). Enarbolar la bandera de la literatura y la libertad lo pagaría muy caro diez años después.

¿Quién que no sea un demente puede prohibir una lengua? Volvió a hacerlo Franco, segundo dictador del siglo. Lo hizo Esperanza Aguirre jactándose de que en Telemadrid no se hablaba catalán. Lo hicieron los que abuchearon a Raimon en Madrid y los que construyeron la emisora de los obispos como un conciliabulo de odio. Hoy esos mismos grupos están evalentonados, a veces escondidos, las más en jauría, dando a todo el mundo que piense diferente con la bandera en la cabeza. El PP anda feliz porque está tapando con la roja y amarilla, que debiera ser de todos los españoles, sus 800 cargos envueltos por corrupción. Da igual que regrese la imputación a Cristina Cifuentes. Ella es española, española, española. Somos un país donde puedes tener los tirantes con la bandera y el dinero en Suiza, Panamá o Andorra.

Puigdemont abrazó la independencia solamente para impedir que una mayoría de izquierda les echara del poder por la gestión de la crisis económica. La gente protestando en las calles de Catalunya desde 2008 estaba en contra de los recortes del gobierno de Mas, de la corrupción de Convergencia Democrática de Catalunya (CDC), de la represión de los mossos antidisturbios en las protestas de Aturem el Parlament. ¿Pero ya no nos acordamos de que Más tuvo que salir en helicóptero? Esa es la dirección política actual de la independencia. Mentiríamos si no viéramos que solo tensionando la cuerda Catalunya se ha hecho escuchar. ¿Pero va a aportar soluciones quien viene mintiendo al pueblo de Catalunya desde que mandaron llamar a Tarradellas para que no gobernara la izquierda? ¿Alguien cree de verdad que se puede apoyar ese sinsentido ignorando la manipulación de lo que está pasando?

La práctica totalidad de los gobiernos que gestionaron la crisis/estafa económica perdieron las elecciones. La astucia de CDC fue convencer a una parte importante de catalanes de que ellos eran la solución después de haber sido el problema. Astucia de mentirosos. Que han prometido la independencia y han mentido. Y que sus mentiras son tan flagrantes que solo les sirve ya el caos. Y que llevan las cosas hasta el extremo solamente porque saben que el gobierno del PP está tan desesperado como ellos, rodeado de corrupción y con una gestión patética que sólo ha beneficiado a los bancos a los que les ha regalado 60.000 millones de euros (y que hacen teatros de sacar las sedes sociales de Catalunya bailando al son que les toca la “pela”).

Hay gente que cree que hablar catalán en España es un insulto. Pero esos no son la mayoría que están protestando por el órdago insensato del gobierno de Puigdemont y la amenaza de declarar unilateralmente la independencia. Ni el conjunto de los españoles ni los catalanes aceptan que la solución sea o la declaración unilateral o la aplicación del artículo 155. Hay otras vías de solución, de mediación, de acuerdo 40 años después de la Constitución de 1978. Pero hay gente poderosa a quien la interesa lo que está pasando. Es momento de pueblo constituyente y políticos que obedezcan.

ETA, en su locura, hizo Presidente del Gobierno a José María Aznar. La estupidez de la banda Loles llevó a pensar que con un gobierno de la derecha tendrían la independencia. Y lo único que tuvimos, todos, fueron gobiernos de derechas que nos estropearon la vida metiéndonos incluso en una guerra. Estamos repitiendo la historia. La búsqueda violenta de la independencia está reforzando a los que han robado hasta las cucharillas y a los que no tienen un proyecto de España donde quepamos todos los españoles. Les basta decir que son españoles, muy España y mucho españoles y por arte de magia desaparece Rato, Bárcenas, Granados, González, el rescate bancario, el vaciamiento de la hucha de pensiones o el pago de campañas electorales con dinero negro proveniente de contratos públicos a amañados. Y también la falta de sustancia de Ciudadanos, al que le basta esperar para recoger lo que se le caiga al PP. Es lo malo de tiempos donde vuelve a mandar el vientre en vez de la cabeza. La religión y la nación sirven más a la reacción que a la emancipación.

Fusilaron a Lorca‬ en 1936 y sigue siendo un desaparecido. Lo mataron por ser un hombre libre, homosexual, rojo, gitano, judío, negro. Dio igual que fuera español por los cuatro costados. Le mataron los que llevan dos siglos dictando cómo se es español. Cuando no les gusta, te quedas fuera de España. En una cuneta o en una fosa. Otro gran escritor, Vargas Llosa, va a Barcelona junto con Rafael Hernando, portavoz del PP que cree que hay españoles de segunda. Qué malos compañeros de viaje hacen la ira, la vanagloria y el dinero.

Hay una España mayoritaria, emergente, que no se puede dejar ocultar por esa minoría (¿acaso apenas diez de los 46 millones de españoles? que quiere vivir en el pasado. Hay unaEspaña mayoritaria dispuesta a cerrar su herida colonial, su herida social, su herida ciudadana y su herida territorial. Para volver a escucharnos en nuestra pluralidad, en nuestro genio, en nuestra pena y nuestra grandeza.

Mientras, algunos, puede verse en su ira envuelta en una bandera que no les pertenece, volverían a fusilar a Lorca.