lunes, 24 de octubre de 2011

Primero se llevaron a los judíos, pero como yo no era judío, no me importó. Después se llevaron a los comunistas, pero como yo no era comunista, tampoco me importó. Luego se llevaron a los obreros, pero como yo no era obrero tampoco me importó. Más tarde se llevaron a los intelectuales, pero como yo no era intelectual, tampoco me importó. Después siguieron con los curas, pero como yo no era cura, tampoco me importó. Ahora vienen a por mí, pero ya es demasiado tarde".                                  
(Bertolt Brecht)
Si crees que esta crisis no va contigo, que a ti no te afecta, que nunca vas a perder tu empleo o tu negocio, que tendrás una paga al jubilarte, que tus ahorros están seguros... tomate la molestia de interpretar el texto anterior y de reenviar el mensaje de forma masiva. 

España debe bajar su déficit en 9,4 puntos porcentuales en la próxima década, una de las reducciones más drásticas del mundo, según el Fondo Monetario Internacional que además pide un recorte en las prestaciones sanitarias de nuestro país para reducir la deuda.

Ha llegado el momento de coger el toro por los cuernos y recortar lo recortable.

-Eliminar la pensión vitalicia de todos los Diputados, Senadores y demás “padres y 
madres de la patria”.

- Revisar los sueldos de los Alcaldes que se los acondicionan a su libre conveniencia.

-Cambiar las Leyes endureciendo las mismas y el sistema penitenciario, para los expoliadores del dinero público, obligando a que devuelvan a las arcas públicas hasta el último euro que hayan robado. Los casos de corrupción se deben atajar con el escarmiento ejemplar, las condenas han de ser duras y se han de cumplir de forma integra.

-Eliminar TODOS los coches oficiales (cosa que se hizo hace 40 años en los Pactos de la Moncloa y funcionó), "no es posible que tengamos más coches oficiales que USA".

-Anular TODAS las tarjetas VISA oficiales y eliminar a los "cargos de confianza" (tenemos funcionarios de sobra para encargarse de esas labores).

-Reordenar el sistema diplomático, de forma que solo quede un embajador y un cónsul en cada país. No es posible que malgastemos en la diplomacia más que Alemania y El Reino Unido.

Con eso, y con rebajar un 30% las partidas 4, 6 y 7 de los PRESUPUESTOS GENERALES DEL ESTADO (adiós "transferencias a sindicatos, partidos políticos, OCEOE, fundaciones opacas y chupópteros varios") se ahorrarían más de 45.000 millones de Euros, no haría falta tocar las pensiones y los sueldos de los funcionarios.

Tampoco haría falta recortar 6.000 millones de Euros en inversión pública.

Se debería aplicar de una vez por todas la Ley de extranjería, controlar la delincuencia importada y extraditar a los países de origen a los extranjeros que delincan en nuestro país.

La lucha contra el fraude fiscal a de pasar por el endurecimiento de las penas en los casos graves de evasión de impuestos.

Se ha de apostar también por una reforma fiscal más progresista y similar a la media europea, en que se graven las rentas más altas y se elimine la discriminación que sufren los ingresos de trabajo respecto a los del capital, así como la creación de una nueva tasa para ricos.

Se ha de crear una banca pública que ayude a la regularización del mercado.
La banca pública es necesaria porque las medianas y pequeñas empresas necesitan financiación en esta crisis. Sin financiación cierran o despiden. En el caso español, pequeñas y medianas empresas ocupan más de tres cuartas partes del mercado laboral.

En tanto Ángela Merkel acepta “recapitalizar” los bancos europeos (volver a darles grandes cantidades de dinero público), el Gobierno español inyecta graciosamente 7.551 millones de euros para salvar tres cajas de ahorros ahogadas por la burbuja inmobiliaria. Las nacionaliza, dice la prensa. Pero no es cierto, porque el gobierno no pretende restablecer una banca pública, que eso sería nacionalizar de verdad las cajas. Mientras tanto (con desastre inmobiliario y financiero incluido), los consejos de administración y cúpulas directivas de esas cajas de ahorros han cobrado 8.000.000 de euros los seis primeros meses del año. De nuevo obscenos rescates bancarios y obscenos beneficios de directivos de esos bancos o cajas. Entretanto, la ciudadanía paga la factura por partida doble. El dinero público para rescatarlos es el de sus impuestos directos e indirectos y se les arrebata con recortes presupuestarios el disfrute de derechos esenciales (sanidad, educación, servicios sociales) para ahorrar dinero. Dinero para la banca.

Con la banca pública habría transparencia, porque no habría razón bursátil alguna para ocultar posibles pérdidas; además se recuperaría la solvencia, al ser el Estado el garante directo de la banca. Además, se podría establecer un criterio justo y solidario para enjuagar posibles pérdidas, si las hubiere, repartiéndolas entre toda la sociedad, no solo haciéndola recaer sobre las clase populares.

Con la mitad del dinero que se recaudaría con estas medidas, se acabaría con la crisis de forma rápida.

Si además se aplicara la tasa Tobin los gobiernos recuperarían el control sobre el capital y se contribuiría a desmantelar redes de corrupción y negocios ilegales y a dificultar el ataque de los “mercados” contra países en dificultades.

Estamos comprobando día a día el poder destructor de los movimientos sin trabas de los capitales especulativos, que han provocado la crisis y ahora siguen desestabilizando a países enteros. Un tipo impositivo muy pequeño del 0,1% sobre todas las transacciones financieras reduciría significativamente la especulación sobre muchos mercados.

La tasa Tobin podría significar una aportación decisiva para la financiación de los Objetivos de Desarrollo del Milenio aprobados por la ONU.

SI A TODO ESTO SE LE AÑADE UNA BUENA GESTIÓN POLITICA, EN LA QUE PREDOMINE LA RESPONSABILIDAD Y TRANSPARENCIA, ESTARIAMOS POSIBLEMENTE HABLANDO DE OTRAS CUESTIONES, PERO NO DE LA CRISIS.



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