viernes, 1 de junio de 2012

Mariano destroza la democracia



Resulta que no se trataba de un cambio de Gobierno. Mariano fue investido con la prima de riesgo en 311 puntos. Hoy ha rozado los 550, sobre cumplido el límite de intervención. El PP vendió muchas cosas que no se han cumplido; muchas promesas electorales que han sido desguazadas sin otra explicación que la “herencia recibida”. El volumen de la tragedia es tal que ya casi no se habla de los recortes dramáticos del estado del bienestar. Ahora, la catástrofe de BANKIA ha sepultado la imagen del empobrecimiento real de millones de españoles y los recortes en Sanidad, Educación, Investigación y Desarrollo y Cultura. 
Los pilares básicos de la sociedad democrática.
Empiezan a escribirse titulares como “no queremos volver a la España de los cincuenta”. El riesgo de intervención es tan real como la altura de la prima de riesgo. Se especula con el desmoronamiento del Euro y volver a la peseta es una alternativa dramática que es posible.
Falseamiento de las cuentas publicas.
Mariano Rajoy no se hace respetar en Europa, porque entre otras cosas no se fían de él. Las cuentas ocultas de Esperanza Aguirre en la Comunidad de Madrid –el doble del déficit declarado- y de otras dos comunidades gobernadas por el PP, Valencia y Castilla León, han sido la puntilla de la credibilidad en Europa. El PP había desacreditado la al Gobierno de Zapatero, que bueno o malo era el Gobiernos de España. Un boomerang que se ha vuelto contra la credibilidad de los gobiernos autonómicos gobernados por el PP.
BANKIA un pozo negro en el que no entra la luz.
La crisis de BANKIA ha sido calificada por el Banco Central Europeo (BCE) como catastrófica. Afirma en declaración oficial que el Gobierno la ha abordado de la “peor manera posible”.
¿Puede haber un peor balance de gestión de un gobierno que prometió que crearía confianza con solo ocupar La Moncloa? El mito de la eficacia en la gestión ha demostrado ser tan falso como las promesas de Rajoy.
Pero hay algo tan malo como todo esto, o peor: el desmoronamiento de las instituciones que son el requisito imprescindible para que la democracia sea real.
El Banco de España, demonizado.
El PP, para eludir responsabilidades entre sus propios miembros, no dudó en destruir la credibilidad del Banco de España, llegando al paroxismo de admitir una auditoria independiente de la Banca Española.
El Gobernador del Banco de España pidió oficialmente comparecer ante el Congreso de los Diputados. El rodillo del PP impidió la comparecencia del único de los responsables de la crisis de BANKIA que estaba dispuesto a hablar.
La auditoría privada de BANKIA ha sido encargada a alguna empresa que tiene responsabilidad directa en la crisis financiera internacional al haber avalado auditorías que se demostraron tan falsas como para certificar bancos en quiebra que tuvieron que ser intervenidos.
Liquidación del pacto entre ciudadanos y representantes.
El Gobierno de Rajoy ha destrozado el pacto político inherente a una sociedad democrática que exige transparencia en la comunicación a la sociedad de las grandes decisiones, sobre todo a aquellas que afectan a las bases del sistema de vida. Si la desigualdad económica tiene como contrapartida, en democracia, el derecho a una información fiable en los asuntos públicos, el bloqueo de cualquier información y exigencia de responsabilidades en BANKIA, nos coloca en situación pre democrática.
Negar la información que conduzca al ejercicio de responsabilidades en la gran estafa de BANKIA es inadmisible. Es una línea roja que marca la frontera con una democracia secuestrada, rompiendo el pacto entre los ciudadanos y sus representantes. Emplear tal volumen de dinero público –cerca de veinticinco mil millones de euros- sin exigir responsabilidades a quienes generaron ese agujero, nos sitúa fuera del concepto imprescindible de una sociedad democrática.
Un Poder Judicial no confiable.
La crisis en el Consejo del Poder Judicial se ha cerrado en falso. El manejo arbitrario de los gastos de sus miembros, sin ninguna exigencia de responsabilidades, con un desprecio absoluto para los ciudadanos, determina una Justicia en la que los ciudadanos no se ven representados.
El archivo de las responsabilidades penales de la familia Botín, con una evasión de más de dos mil millones de pesetas en la Banca Suiza, indica que los ciudadanos no son iguales ante la ley. Al igual que ocurrió con el indulto a Alfredo Sáez por el Gobierno de Zapatero, el trato que reciben los banqueros en España, sus obscenas retribuciones económicas se subliman con el trato de favor que reciben de los poderes públicos y de la Justicia.
La monarquía está en cuestión.
La secretaria personal de Iñaki Urdangarín, en la línea de defensa de su jefe, no entiende que pueda ser reprobable tener abierta una cuenta opaca en Suiza. Un símbolo de la forma de entender la vida de nuestra clase dirigente.
Cada día que pasa el caso Urdangarín traslada una imagen de la Familia Real que es todo menos ejemplarizante.
El episodio de la cacería de elefantes del Rey, también es un símbolo de la dislexia entre la Corona y los ciudadanos.
Si la monarquía sostiene su ausencia de fundamento democrático en un pacto sostenible con los ciudadanos, hace tiempo que esa cuerda está en la máxima tensión.
No se pueden eludir las responsabilidades que acumuló el Gobierno de Zapatero con la gestión del inicio de la crisis y su pérdida de valores ideológicos. Pero es inadmisible que el recuerdo de aquellos errores trate de encubrir los que comete el Gobierno de Rajoy. No importa a que partido pertenezca cada uno de los responsables de esta tragedia. Para salvar la democracia hace falta que respondan todos y cada uno de ellos.
La catástrofe económica de España encubre la ruptura del pacto democrático entre los ciudadanos y sus representantes. La pérdida de calidad de nuestra democracia nos sumerge en un universo en donde la quiebra del sistema es una realidad al alcance de cualquier populismo.
PD: ultima hora, Rodrigo Rato, en carta a los consejeros de Caja Madrid, critica la gestión del Gobierno de Rajoy en la crisis de BANKIA. ¿Por favor, puede pedir comparecer en el Congreso de los Diputados y salir de su escondite?

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