Hoy es un día más, a pesar de las
movilizaciones en contra de los recortes y de la política neoliberalista que
está asfixiando a este país.
Y digo que es un día más, porque
tengo la sensación de que detrás de estas movilizaciones, siguen escondiéndose
intereses personales, y que la teórica finalidad de estas concentraciones se
manipula el día después de acontecer.
Intentaré ser claro… ¿Quién convoca
estas movilizaciones?, los partidos políticos en la oposición mayoritariamente
y los sindicatos, muy bien, pero aparte de aprovechar el cabreo de la gente, para salir en la foto, ¿Qué hacen más?... creo
que bien poco.
Los partidos políticos en la
oposición, no hacen nada de nada, y lo que es peor, cuando han estado
gobernando no han tomado las medidas para parar lo que realmente está afectando
a la economía del país, que es el gran choriceo impune en las grandes esferas políticas
y bancarias de este país.
Entiendo que una oposición ha de ser activa, sobre todo si se tilda de
izquierdista, apoyando constantemente a los más débiles, y no valen las
palabras, que por desgracia se las lleva el viento en el momento en que se cierran
las urnas electorales, faltan hechos.
Pondré un claro ejemplo. En un
ayuntamiento en que gobierne un partido mal llamado de izquierdas, porque la
realidad es más bien otra, en que goce sorprendentemente de una economía saneada,
frente a las políticas de esta derecha fascista, lo que cabe es buscar
soluciones preventivas para salvaguardar los derechos de los trabajadores, al
menos de los que tienen a su cargo (por algo se empieza), para compensar las
barbaridades de una política irracional. No vale dar largas, mirar hacia otro
lado y esperar que lleguen los decretos del gobierno central para tener la
escusa de que “ellos no han sido”, que la culpa es de la imposición del P.P. ¿Dónde
están los gobernantes socialistas? ¿Así se hace oposición?
O en un municipio en que con
anterioridad ha estado gobernado por la derecha catalana durante muchos años
dejando una deuda difícil de digerir por la ciudadanía, dejándola hipotecada
por mucho tiempo. Al entrar a gobernar un gobierno de coalición de izquierdas,
solo hace que quejarse porque no pueden hacer nada debido a la deuda, pero eso sí,
siguen con el cargo cobrando mes a mes por no hacer nada, teniendo como
finalidad cobrar por quejarse de lo mal que ha dejado las arcas municipales en
anterior equipo de gobierno.
No se puede ser socialista en un país
que hace aguas por todos lados, y cobrar cantidades insultantes mes tras mes y
tener como única finalidad seguir apoltronado hasta que se pueda, para luego
vivir de una pensión vitalicia privilegiada al alcance solo de la castra política,
o colocarse en la directiva de alguna empresa a ser posible multinacional, para
cobrarse los servicios o favores prestados.
No se puede ser socialista
teniendo vehículo oficial y dietas astronómicas
aparte de un suelto de por si abusivo.
No se puede ser socialista y
hacer de la política un negocio… un gran negocio. Que lo haga la facción capitalista
de este país, no es que esté justificado, pero es de esperar, o acaso los trabajadores
que desafortunadamente votaron al Partido Popular se esperaban otra cosa.
No se puede engañar
constantemente al pueblo para llenarse los bolsillos descaradamente, demasiados
“tufos” impunes… Ningún político especulador o malversador en la cárcel, ni ningún
banquero, ni ningún pez gordo, ni ningún alto cargo o nadie de la realeza que
haya delinquido en la cárcel.
No se puede tolerar el
despilfarro sistemático de este país, sin que nadie pague las responsabilidades
de los abusos. Tenemos la muestra en 30 grandes obras públicas que ejemplifican
el gran despilfarro que se ha vivido en España en los últimos años.
Solo con estos 30 proyectos se
han gastado los 6.000 millones que nos costará a los españoles la subida de
impuestos del Gobierno. La coqueta terminal del Aeropuerto de Albacete,
inaugurada en 2005, costó siete millones y medio. La cifra de viajeros en 2011
cayó a 8.415, 23 al día y menos de los que tenía antes de abrirse la remozada
instalación.
El Aeropuerto de Badajoz, remodelado en 2010 por el módico precio
de 20 millones de euros, en 2011 tuvo poco más de 50.000 pasajeros, pero a
principios de 2012 se han cancelado las líneas que llevaban a Madrid y
Barcelona y se ha convertido en un nuevo aeropuerto fantasma.
Toda una nueva terminal y nuevas
instalaciones permitieron abrir el aeropuerto de Burgos a la aviación comercial
en 2008. El coste, unos 45 millones; el resultado: 35.000 pasajeros en 2011,
menos de 100 al día.
Aeropuerto de Castellón, 150 millones contemplan a este aeropuerto
en el que todavía no ha despegado ni aterrizado ningún avión, a pesar de que se
inauguró en marzo del año pasado. Faltan permisos pero, mientras se espera a
éstos y a las aeronaves, una escultura de 25 metros y 300.000 euros corona el
esperpéntico conjunto.
El más famoso y costoso de estos
aeropuertos ha sido el de Ciudad Real: 1.100 millones contemplan esta
infraestructura ya cerrada y cuyo futuro es más que negro.
El de Huesca es uno de los que
tiene uno de los récords negativos de la aviación española: es difícil imaginar
un aeropuerto con menos de los 2.781 viajeros que tuvo en 2011. Siete al día
con meses como diciembre en el que sólo hubo nueve. Y para eso se gastaron nada
más y nada menos que 45 millones.
Desde 2007 el Aeropuerto de León ha
perdido la mitad de sus usuarios, pasando de 160.000 a poco más de 80.000. Sin
embargo, en 2010 se inauguró esta espectacular nueva terminal que ha costado 29
millones de euros. E incluso en 2011 se ha ampliado la pista. Algunos cifran el
gasto total de Zapatero en la terminal de su ciudad en unos 80 millones.
Presupuestado en 42 y con un
costo de 90 millones al final de su construcción, el Aeropuerto de Lérida se
levantó de la nada y con un hermoso y moderno edificio. Por ahora, sin que
ninguna empresa quisiese hacerse cargo de su gestión y pese a las condiciones
muy ventajosas en las que funciona, la infraestructura sigue sin despegar:
ninguna gran compañía opera desde él.
Inaugurado en 2003, en una zona
con bastantes aeropuertos a su alrededor, el de Logroño costó 18 millones y
sigue siendo uno de los menos usados de España: en 2011 sólo tuvo 17.877
pasajeros, menos de 50 al día.
Otro de los aeropuertos situados
en una zona con gran cantidad de instalaciones aeroportuarias, en 2011 el
Aeropuerto de Pamplona tuvo 230.000 pasajeros, menos de la mitad de los que
llego a tener en 2007 y eso pese a su flamante terminal, inaugurada en 2010 y
que costó 44 millones de euros de nada.
El mejor exponente de la gestión
municipal del ahora ministro de Justicia: entre el valor del edificio y la
espectacular reforma el capricho de Gallardón de trasladar el ayuntamiento al
antiguo Palacio de las Telecomunicaciones ha costado a los madrileños unos 530
millones de euros
Caja Mágica, Madrid, sin duda, uno de los grandes éxitos del
Madrid más olímpico de Gallardón: un pabellón deportivo que actualmente
prácticamente sólo se usa un par de semanas al año y que costó nada más y nada
menos que un 250% más de lo presupuestado: 300 millones que forman ya y para
muchos años parte de la deuda de la capital.
Concluimos nuestro repaso a los
dispendios de Gallardón con el espacio en el que estará, quizá, el Centro
Internacional de Convenciones y Congresos de Madrid, una obra cuya necesidad
era más que discutible y que se ha paralizado tras gastar 191 millones de
euros.
Ciudad de la Cultura, Santiago de Compostela, uno de los proyectos
más megalómanos de esta lista y de los más caros: 400 millones lo contemplan y
eso que los dos principales edificios de un conjunto de seis están todavía por
construir. Lo que debía de ser un polo cultural que llamase la atención en toda
Europa y se ha diseñado a una escala propia de una ciudad de millones de
habitantes languidece entre exposiciones intrascendentes y conferencias
minoritarias.
Ciudad del Circo, Alcorcón, que una ciudad de menos de 170.000
habitantes se plantee una "ciudad del circo" resulta ya sorprendente,
que se gaste en ella 120 millones de euros ya entra en un terreno más allá de
la sorpresa: el de la sospecha.
Cúpula del Milenio, Valladolid, rescatando un pabellón de la Expo
de Zaragoza (en eso hay que reconocerle cierto espíritu de reciclaje) y
transformando un antiguo parking, el Ayuntamiento de Valladolid creó un
"espacio multiusos" por 16 millones de nada. El mejor resumen en un
comentario en un blog de arquitectura: "Está genial todo eso, pero este edificio…
¿para qué sirve?"
La L9 del metro de Barcelona es
uno de los mejores ejemplos de como crecen los presupuestos públicos en España:
de los 2.600 millones iniciales pronto pasó a 3.700, de ahí llegó con facilidad
a los 6.900 y, con la línea todavía por terminar, ya va por 16.000. Así no es
de extrañar que en una única estación se gasten € 31,7 millones. Vamos, ni en
el metro de Moscú.
Cuenca tiene menos de 60.000
habitantes, pero una estación de AVE que ha costado 20 millones. La comparación
es todavía más odiosa para la estación de Utiel-Requena: 'sólo' costó 12
millones, pero pasa por allí la fastuosa cantidad de 50 pasajeros al día.
¿Pagar 1.300 millones por un
hospital más pequeño que aquel que va a ser sustituido? Aunque no suene muy
lógico es lo que va a ocurrir en Asturias con el Hospital Universitario Central
de Asturias, que tendrá 250 camas menos que su antecesor y cuyo coste se ha
llegado a disparar a 1.700 millones (se queda en 1.300 tras un recorte de
Álvarez Cascos).
Museo Pablo Serrano, conocido popularmente como "el
Mazinger", este edificio de llamativo aspecto ha costado €18,7 millones.
Su anterior reforma era de 1994 pero ya resultaba "imprescindible" la
ampliación. Por supuesto, su diseño ha sido duramente criticado en Zaragoza.
En Huesca, con €30 millones solucionaron la terrible
necesidad de un Palacio de Congresos que había en esta ciudad de poco más de
50.000 habitantes. Como muestra de su éxito, en los últimos seis meses se ha
celebrado en sus instalaciones un único congreso y cuatro ferias, una de ellas
la de la cerveza.
El Palacio de Congresos de Oviedo, muchos ven en esta obra de
Calatrava la respuesta de la capital asturiana a el Centro Niemeyer de Avilés y
la recuperación de la Laboral de Gijón. No sabemos si es así pero en cuanto a
gasto se han subido al primer cajón del podio: 350 millones en un edificio
espectacular pero que muchos critican por su ubicación.
Con el pomposo nombre de Metropol
Parasol de la Encarnación, los sevillanos rápidamente las han bautizado como
las Setas de la Encarnación. Se trata de un enloquecido proyecto encajonado en
una plaza del centro de Sevilla que pasó de costar 50 millones en el presupuesto
a 123 una vez terminada (tras los habituales retrasos). Sin una utilidad
demasiado clara salvo por el mirador (¿un mirador de 123 millones?) y, eso sí,
el interesante museo con los restos romanos encontrados durante la construcción.
El Tranvía Metropolitano de
la Bahía de Cádiz unirá varias ciudades como Chiclana, San Fernando, Jerez y la
propia Cádiz, pero lo hará tras dejarse en el camino unos 224 millones de euros
y con varios escándalos en su haber.
El tranvía de Jaén, uno de los mejores ejemplos de lo poco
sostenible que les está resultando el tranvía a los contribuyentes: en Jaén,
una de las ciudades más endeudadas de España, a la anterior alcaldesa
socialista se le colocó entre ceja y ceja el proyecto, se han gastado 120
millones y el actual consistorio no lo pone en marcha porque no puede hacerse
cargo de su mantenimiento.
El tranvía de Jerez, otro proyecto de la Junta de Andalucía que
quiere gastarse 168 millones en ponerlo en marcha. El despropósito es tal que
el ayuntamiento de la ciudad gaditana ha pedido que en lugar de eso se
inviertan algo más de 30 en potenciar los otros medios de transporte.
El tranvía de Parla, probablemente el más famoso de los tranvías
ruinosos españoles y la mejor bandera de la gestión como alcalde del líder
socialista madrileño Tomás Gómez. El tranvía, en estado de completa ruina
económica, costó 120 millones, es decir, más de 1.000 euros por habitante de
Parla. La morosidad del ayuntamiento ha llevado a que estuviese sin funcionar
varios días en diciembre.
Los sevillanos, no podían ser menos, y también tienen su tranvía, poco
más de dos kilómetros de longitud a través del centro de la ciudad, cinco
estaciones y 60 millones de gasto: el Ayuntamiento hispalense gobernado por
Monteseirín ha hecho las cosas a lo grande, al menos desde el lado del gasto.
Comparados con el caso de Sevilla
los 25 millones que han costado los seis kilómetros de tranvía de Vélez-Málaga
pueden resultar hasta baratos, pero el enorme error de cálculo en el número de
usuarios (en realidad están siendo un 25% menos de lo esperado) pueden llevar a
este tranvía a cerrar en cualquier momento. En su haber, el curioso récord de
haber protagonizado 30 accidentes en 5 años, afortunadamente ninguno de
gravedad.
El transporte de Zaragoza será
mucho más "sostenible" después de que se desembolsen los 400 millones
que cuesta poner en marcha este tranvía. Por lo pronto, sólo hay 12 kilómetros
en funcionamiento con once estaciones.
Esto es la gran vergüenza de un país
expoliado por políticos sin espíritu de servicio, a no ser el suyo propio, y no
entro en las presuntas comisiones que hay detrás de las grandes obras.
Hoy es un día más, un día
cualquiera… será que el pueblo aun no pasa la suficiente hambre para revelarse,
será que aún no ha llegado el momento en que dándolo todo por perdido, se tire
al ruedo, y junto a otros muchos, hagan justicia en este país en que nunca ha
existido una verdadera democracia.
Hoy es un día más… mientras tanto
seguiré esperando, afilando el cuchillo, soñando con ese país donde se rompió
la ortodoxia, la nación que espantó al sistema establecido al negarse a
responder por los errores de sus bancos, y ahora es la envidia de los países europeos,
soñaré con ese país llamado Islandia donde llevan un año de crecimiento y caída
del paro mientras el resto de Europa sigue sumergida en la recesión.
Seguiré dispuesto, fiel a la doctrina de Karl Marx y
Pablo Iglesias esperando para tomar La Bastilla como en su día tomaron los revolucionarios
parisinos simbolizando el fin del antiguo régimen, el punto inicial de la
revolución francesa y la caída de la monarquía.
¿Para cuándo la revolución?
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