viernes, 29 de julio de 2011

Lo que más me ha gustado de la Intervención de Alfredo Pérez Rubalcaba en el acto de proclamación como candidato del PSOE.

Justamente por eso estoy aquí, porque España vive un momento difícil en el que no cabe el ventajismo, la irresponsabilidad, no cabe el oportunismo. España vive un momento difícil que exige grandes compromisos. Y por eso estoy aquí. Estoy aquí porque, apoyado por vosotros, he decidido dar un paso adelante porque estoy seguro de que puedo ser útil a mi país.

Tenemos que ser ambiciosos en nuestras aspiraciones y realistas en nuestras propuestas.

… no podemos prometer aquello que no podamos cumplir. No me vais a oír nunca comprometer algo que no me sienta capaz de llevar adelante. Así que ambiciosos y realistas. Eso es lo que os propongo que seamos.

… nuestro enemigo no es el Partido Popular ni la derecha, no. El Partido Popular es nuestro adversario. Nuestros enemigos, los de ayer, los de hoy y los de siempre son el miedo, la inseguridad, la injusticia, la intolerancia, la desigualdad… esos son nuestros enemigos. Y a esos enemigos les hemos hecho frente siempre como lo que somos: los aliados del progreso, y los aliados del cambio.

… los cambios son vertiginosos y no se trata de adaptarse al cambio sin más. Se trata de protagonizar el cambio. El futuro ya no es algo por venir, es algo por conquistar.

Somos un partido del esfuerzo, que sabemos que las cosas se conquistan con esfuerzo. Entre otras cosas porque nunca nadie en nuestra historia nos ha regalado nada. Somos un partido del esfuerzo y tenemos que estar orgullosos de ser el partido del esfuerzo.

Somos un partido de los derechos. De los derechos, sí, pero también de las obligaciones y las responsabilidades. Ese es el Partido Socialista. Por eso tenemos que defender a los que progresan con su esfuerzo y no tenemos que defender a quienes progresan defraudando, engañando o especulando. Esos no son nuestros aliados.

Os voy a pedir que seáis austeros. Más, Os lo voy a exigir. Os voy a exigir austeridad en nuestros comportamientos, en los públicos y en los privados. ¿Sabéis por qué? Porque hace mucho que pienso que si no vives como piensas, acabas pensando como vives.

La política es la que se tiene que encargar de romper ese axioma, casi irreductible, según el cual los beneficios siempre van para unos pocos y las pérdidas van para la mayoría. Es la política la que tiene que romper ese principio. Es verdad que es complicado en un mundo como el que estamos, con los problemas con los que estamos, abordar estos problemas políticos desde un solo país. Es complicadísimo. Hay que hacerlo con muchos. Coordinando, trabajando, haciendo política... siempre política

Os voy a proponer cuatro aspiraciones. Cuatro propuestas, cuatro compromisos, cuatro objetivos. El primero, lo urgente, que es crear empleo. El segundo, lo importante, que es hacer una economía sana y competitiva. El tercero, lo nuestro: la igualdad de oportunidades. Y lo cuarto, lo que nos piden, el cambio en la política y la democracia. Eso son los cuatro objetivos. Las cuatro aspiraciones. Y os digo, aspiraciones ambiciosas. Pero habrá propuestas concretas, soluciones concretas.

Estamos haciendo una reestructuración de las cajas y de los bancos. Pronto será el momento, será el momento de pedir a las cajas y a los bancos que de sus beneficios, dejen una parte para la creación de empleo. Y lo haremos y lo podemos hacer.

Es verdad que España ha perdido empleo y lo ha perdido por más cosas. Lo ha perdido, entre otras razones, porque nuestro sistema laboral impone casi dramáticamente a los empresarios que el ajuste, cuando una cosa va mal, se realice al través de los despidos y eso no puede seguir siendo así. También tenemos un sistema económico que admite, como si no pasara nada, que hasta que no crezca la economía al 2% no puede crear empleo y eso no puede ser así. Por tanto había que cambiar cosas.

Hemos aprendido una cosa en estos años de democracia. Una cosa muy importante. Que la concertación siempre es mejor que la confrontación.

Concertación para dialogar y pactar que la modificación de las rentas salariales de los trabajadores y la de los beneficios de los empresarios, sigan vías paralelas y estén acordadas de acuerdo con objetivos compartidos. Esa es mi propuesta, concertar para que haya un pacto de salarios con objetivos compartidos. Eso hace más fuerte a las empresas.

Quitamos el impuesto de patrimonio. Eran situaciones distintas, una economía diferente. Creo que ha llegado el momento de que nos lo replanteemos, de volverlo a poner, pero no de la misma manera. Porque es verdad que era un impuesto que gravaba a las clases medias y eso no lo vamos a volver a hacer. Vamos a reponer un impuesto de patrimonio que realmente grave a los grandes patrimonios que existen y que tienen que colaborar, que tienen que ayudar a aquellos que más han sufrido en la crisis para que todos salgamos juntos de la crisis. Esa es la política redistributiva en la que estoy pensando. Dejadme que me refiera a nuestro sistema financiero. Ya he dicho algo de él. Todos sabemos que las pequeñas y medianas empresas no tienen crédito ni circulante. No lo tienen, y ese es un grave problema de nuestra economía. Eso nos debe llevar cuanto antes a terminar la reestructuración de nuestro sistema financiero. Cuanto antes mejor. Os diré más, aunque esto sea un tema completamente incidental. Es posible, no es descartable, que alguna vez el Estado tenga que aportar capital para sanear alguna caja. Os diré mi posición si eso sucede. Mi posición es que tenemos que estar ahí. Si el Estado pone dinero tiene que estar ahí para gestionar bien ese dinero, para asegurarse que va realmente para aquello para lo que se destina que es el saneamiento. Y para asegurarse, sobre todo de una cosa mucho más importante, que cuando nos vayamos, cuando vendamos, los españoles no pierden un solo euro. Esa es mi propuesta, que la tenemos que tener en cuenta. Ni un solo euro, y para eso tenemos que estar ahí.

No está escrito en ningún sitio que tengamos que salir de la crisis como un país más inseguro, como un país más insolidario, como un país más excluyente. No está escrito. Eso es lo que nos jugamos en las elecciones, cómo salimos. Eso es lo que va a decidir la política, eso es lo que van a decidir los ciudadanos con su voto, y de eso es de lo que tenemos que hablar una y otra vez de aquí a las elecciones, empezando por la igualdad de oportunidades y la educación.

Voy a asumir dos compromisos con vosotros. El primero es un compromiso especialmente innovador: os voy a decir que no voy a cambiar ninguna de las leyes educativas que actualmente están en vigor en nuestro sistema. Ninguna, ninguna ley. Que la educación no necesita zarandeos legislativos, que lo que necesita es consenso, diálogo y estabilidad en su marco legal. Eso es lo que necesita la educación: recursos, profesores motivados, valorados socialmente, y centros bien gestionados. Eso es lo que necesita, y para eso no hace falta cambiar las leyes, para eso hace falta hacer las cosas bien.

Y os voy a decir otra cosa más. Todos sabemos que la calidad del sistema educativo nunca es superior a la calidad de sus profesores, nunca lo es. Y ahora tenemos que contratar, de aquí al 2020, 200.000 nuevos profesores. Fijaos si es importante cómo lo hagamos. Por eso he propuesto cambiar el sistema de contratación, de selección del profesorado; ir a un sistema MIR, porque entre otras cosas ese sistema lo tenemos en Sanidad, y ha sido fantástico. De hecho hay mucha gente que piensa –yo entre ellos-que la calidad de nuestra Sanidad obedece a que hemos sido capaces de seleccionar como médicos residentes a los mejores. Pues os propongo que trasplantemos –nunca mejor dicho- este sistema a la educación. ¿Para qué? para seleccionar a los mejores, porque no nos podemos permitir el no hacerlo cuando tenemos por delante 200.000 contrataciones. Eso es garantizar la calidad del sistema educativo.

Tenemos buenos médicos, buenas médicas, buenos enfermeros, buenas enfermeras, tenemos auxiliares, buenos hospitales, buenos centros de salud, una excelente investigación biomédica. Excelente. Tenemos un magnífico sistema sanitario. Por eso es por lo que los españoles tenemos una esperanza de vida que es la segunda del mundo, porque tenemos un buen sistema sanitario.

Es una de las pocas cosas sagradas e intocables para el conjunto de los españoles, también para el Partido Socialista, también para mí. Y os diré: vamos a hacer bandera de la Sanidad Pública. Os lo diré de otra manera, no vamos a hacer nada, no voy a hacer nada, no voy a firmar nada, no voy a acordar nada que debilite nuestro sistema de salud. Y nada es nada.

La democracia es un sistema que se ha impuesto a los totalitarismos porque es insuperablemente mejor desde el punto de vista moral, sin duda; también porque es más eficaz, porque ha resuelto los problemas. La democracia se legitima también resolviendo problemas, por sus resultados, y eso no lo podemos perder de vista. En resumen, cuando los ciudadanos empiezan a pensar que la política no es una solución, sino un problema. Cuando empiezan a pensar que todos los políticos somos iguales, que su voto no importa, la democracia tiene un problema.

… la política importa mucho. Y hay que actuar, y hay que revisar cosas, y a veces cosas que nos van a costar, porque es verdad que hay cosas que han funcionado bien, que las hemos hecho en la transición, que las hemos diseñado y han funcionado bien.

… quizá haya llegado el momento de plantearnos en el Partido Socialista una discusión a fondo sobre el sistema electoral.

Es muy importante que cambiemos las leyes para mejorar la lucha contra la corrupción, para mejorar el funcionamiento de la democracia; para hacerla más moderna y más eficaz. Pero es mucho más importante que cambiemos las formas de actuación política.

… desde esa confianza que tengo en mi país que es España, os propongo, me propongo y propongo a los españoles trabajar conjuntamente, coordinadamente -a todos aquellos que quieran conciliar, dialogar y trabajar conjuntamente- para alcanzar aquellos cuatro grandes objetivos. Para crear empleo y hacerlo desde el primer momento; para hacer una economía sana y competitiva, que sea capaz de repartir los esfuerzos que hay que hacer a la hora de salir de la crisis; para reforzar nuestra igualdad de oportunidades, nuestro estado del Bienestar y, finalmente, para cambiar la política, para hacerla más eficaz, más cercana y, si me permitís la redundancia, para hacerla más democrática. Para hacer la política democrática, más democrática.

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