viernes, 27 de septiembre de 2013

Es imprescindible que el pueblo tome el poder

Los partidos políticos son herramientas confeccionadas para salvaguardar los intereses personales de los herederos o sucesores de los que en su día los crearon, y cada maniobra está calculada según el criterio de la experiencia que les ha dado la corta vida de la democracia en base en que en este país, solo existen dos posibilidades de gobierno, y en consecuencia como marca la historia, los mandatos son cíclicos entre el PP y el PSOE.
No importa que los ciudadanos estén lejos de la política porque se es consciente de que las medidas imprescindibles para cambiar ese estado de cosas harían cambiar a los partidos tal y como son, y dificultarían el control sobre las organizaciones de las élites establecidas.
Al igual que hizo en su día el Sr. Rajoy cuando estaba de líder de la oposición, está haciendo ahora el Sr. Rubalcaba que ocupa ahora la posición de el anterior, es decir nada, es así de fácil, no hay que hacer nada, solo esperar cuatro años, esperando el desgaste del partido en el gobierno, para el que ocupa el de la oposición tome el relevo de la dirección del país.
El desprecio actual existente a una clase política incapaz de gobernar con dignidad y sensatez y la impunidad con la que salen de todos los escándalos de corrupción es más que notoria, y más cuando han hecho recaer todo el peso de esta estafa, llamada crisis sobre los más débiles, salvaguardando los intereses de los poderosos. Acribillando con los impuestos a los más débiles  y usando la maquinaria recaudatoria de  hacienda mostrándose implacable con quien comete una pequeña equivocación ó se retrasa en un pago por falta de liquidez, mientras hace la vista gorda con los elegidos.

La calaña política de este país,  tras usar todos los falsos argumentos para cargarse el estado de bienestar que tantos años ha costado a todos los trabajadores, cargándose de un plumazo el espejismo de la clase media, consiguiendo que la diferencia entre las clases capitalista y trabajadora sea más abismal, ya que el rico es ahora más rico y el pobre cada vez más pobre, no se conforma con eso, se ha despertado su apetito voraz y quiere convertir a la clase trabajadora en esclavos al servicio de la clase capitalista.
Y con ello no libro de culpa al anterior gobierno, ya que no hizo lo que tenía que haber hecho en su momento y también se dejo encantar por el poder favoreciendo al capital para asegurarse la jubilación a título personal, ya que favor con favor se paga, no hace falta señalar, hay demasiados ex ministros colocados en los diferentes consejos de dirección de grandes empresas y entidades bancarias sin tener ni puta idea del cargo a desempeñar, con sueldos escandalosamente blindados,  por los servicios prestados cuando ocupaban cargo relevante en el gobierno.

El pueblo siente desprecio a quienes llegaron al poder con un programa electoral que  han incumplirlo en su totalidad, es más han impuesto todo lo contrario de lo que prometían.
La incultura política de este país, consiente que los  políticos una vez llegado al cargo, coloquen a parientes, amigos ó coleguitas, a costa de engrosar mas el gasto público.
Incluso tenemos una monarquía impuesta por el régimen franquista que se ríe del pueblo que la mantiene con constantes escándalos y presuntas implicaciones delictivas que nunca llegan a representar imputaciones solidas que terminen con consecuencias ejemplares.
Tenemos un Tribunal Constitucional con sus condenas absurdas y partidistas, desacreditado por si mismo ante el pueblo sometido siempre al poder, no olvidemos que declararó inconstitucional artículos del ESTATUT DE CATALUNYA, que son válidos en Valencia ó Andalucía, por poner un ejemplo.

Dicen que España es diferente, y es cierto, es la vergüenza de Europa, lugar idílico para que se establezcan las mafias mundiales y prolifere el crimen organizado.
El concepto y ejercicio del poder, aquí está contaminado por el caciquismo atávico de siempre. No hay contra argumentación entre políticos cuando se increpan por un tema en concreto que la salida fácil, habitual y tan casina de que el otro es peor, que el otro más corrupto.
Al caso Bárcenas, se contrapone al instante el Filesa, y así desviando el foco nos olvidamos de Bárcenas. Los periodistas participan de ese juego, incapaces de centrarse y profundizar en cada caso, uno por uno. Es imposible.
La ciudadanía tampoco se escapa, el caciquismo se contempla como algo consustancial al ejercicio del poder. Incluso se lleva al esperpento de diferenciar al cacique “bueno” del cacique “malo”.
De este guiso indigesto sale un país que tiene el triste honor de encabezar los casos de corrupción de esta Europa, que no sé si está a medio construir o a medio demoler.
Si dibujamos en el mapa de España actual, unos puntitos pequeños como lunares de casos de corrupción política, se llenaría de tal manera que hasta los límites provinciales quedarían ocultos; casos conocidos y en proceso de investigación; no quiero ni pensar los ocultos, de los que nunca se sabrá nada.

Así que como podemos esperar debates serios en los políticos si solamente están entrenados para echarse unos a otros toda esta basura.
Hemos llegado al punto del puro esperpento, al escarnio de que el partido en el poder acabe de aprobar 40 medidas para la llamada trasparencia, como que los tesoreros tengan que comparecer una vez al año. ¿Para qué? No necesitamos más leyes, queremos que sean decentes, solo eso.
Es un insulto a la inteligencia que nos vengan ahora con 40 o 400 leyes, cuando el partido que lo propone e impone, está destruyendo pruebas de la forma más chapucera, tal como haría un mafioso de tercera. Una burla y desprecio a todos, una tomadura de pelo al juez instructor y una imagen a Europa y al mundo nefasta y vergonzosa. Ellos, los políticos no se van ni con agua caliente, y los ciudadanos tampoco tenemos el coraje de echarlos.

Y encima como catalán aún me ofenden más, ya que tenemos un gobierno propio, puesto que parece que como aquí hay mucha pela, podemos permitirnos mantener dos gobiernos inútiles, y en consecuencia con el doble de gasto y corrupción. No tienen bastante con expoliar a los catalanes llenándose los bolsillos descaradamente, que encima nos dejamos engañar con cantos de sirena de falacias independentistas, para usarlas como cortina de humo y despistarnos de lo que realmente están haciendo con la clase trabajadora catalana.
Como dice  un buen amigo, con el cual coincido en muchas cosas, ¿porque una consulta tan limitada a si queremos un estado propio?, ya puestos, podrían hacerla más amplia, para poder elegir si queremos formar parte de Andorra, Suiza o Finlandia, por ejemplo.
De un tiempo a esta parte, me pregunto qué pasaría si no se pagara la deuda  contraída especialmente con Alemania, de la cual es responsable la banca española y que como tontos nos hacen pagar a nosotros.

¿Que harían los alemanes?, ¿embargarnos el país?, que no nuestras propiedades de las cuales pagamos de forma religiosa mediante las hipotecas. Pues por mí que procedan, igual nos va mejor siendo alemanes, total los hijos de nuestros hijos lo serán, ya que nuestros jóvenes han tenido que emigrar para poder trabajar. Quizás  esto representaría terminar con tanto aprovechado político, total no creo en las banderas, demasiadas guerras en pro de las banderas, y francamente, ninguna me motiva, sería triste que me motivara un trozo de tela a estas alturas, y más cuando me considero ciudadano del mundo.

Volviendo a la realidad de nuestra piel de toro, la esperanza que tienen los políticos, es que el ruido de la campaña electoral y las mentiras establecidas como código de conducta en promesas que no se cumplirán, terminarán acercando a los electores a las urnas con la teoría del mal menor.
Espero que los ciudadanos hayan madurado y aprendido de los caudillos que han gobernado este país y tengan claro que es imprescindible que tomemos el poder para que no nos maten de hambre o en su defecto, de asco.

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